La respuesta fiscal de los países de América Latina frente a la pandemia del COVID-19 ha jugado un papel fundamental en la amortiguación del impacto social y económico de la crisis. Según la Comisión de Economía para América Latina y el Caribe (Cepal), la adopción de medidas fiscales representa, en promedio, un 3,2% del PBI de los países. Tal impacto económico podría traer consecuencias en las economías con una falta de estabilidad macroeconómica, ya que estas se encuentran muy lejos de una recuperación en sus planes de reactivación.
El estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que analiza las medidas fiscales y monetarias adoptadas por los gobiernos en 2020 para hacer frente a la pandemia del COVID-19, servirá como herramienta para tener un visión panorámica y realista de la región.
El rol del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP)
Si bien es cierto, la estabilidad macroeconómica no garantiza el desarrollo de un país, sin embargo, la solidez y fortaleza en este aspecto es totalmente necesaria para avanzar de la mejor manera hacia ese camino. Es importante notar que, en los último 30 años, el Perú ha creado y consolidado un marco institucional bastante sólido para la estabilidad macroeconómica. Un pilar en este aspecto es la independencia del BCRP, organismo que tantos candidatos a la presidencia tienen planeado eliminar, sin tener en cuenta los beneficios que ha dado al implementar un esquema de metas de inflación exitosa.
Para saber más acerca de la exitosa labor del BCRP, visitar la siguiente nota:
Por otro lado, la recuperación supone que los países sigan abriendo sus economías para que las campañas de vacunación se desarrollen sin demoras, con el fin de avanzar en la inmunidad generalizada ante el virus en el segundo trimestre del 2021.