Han pasado más de 4 meses del conflicto armado entre Rusia y Ucrania, y seguimos viviendo los efectos que trajo sobre la economía mundial. En el país se centraron principalmente en tres: incremento del combustible, inflación y la desaceleración económica.
Incremento del costo del combustible
Siendo Rusia y Ucrania grandes productores de petróleo y gas, en el marco de este conflicto se prevé un incremento sostenido de los precios que tendrá impacto en los costos de transporte en un corto plazo.
Cuando se altera el costo, la disminución o la escasez de uno de estos elementos de la cadena productiva de valor, se observan impactos a largo plazo a nivel mundial. Se estima que el aumento sostenido de los precios de la energía encarecerá los vuelos y mantendrá elevados los costos del transporte.
Es así que, en el Perú, en lo que va del año, los precios de referencia de los combustibles que publica Osinergmin presentaron un alza acumulada, y esta tendencia se refleja en los precios locales de comercialización; es decir, los grifos, situación que produce un malestar en los consumidores debido al encarecimiento del transporte y productos relacionado.
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Inflación
A marzo de 2022, se estima que la inflación regional fue de 7,5%, y muchos bancos centrales de la región anticipan que la inflación se mantendrá elevada en lo que resta de año, en virtud de la mayor incertidumbre en el contexto externo que se ha visto acentuada por la guerra de Ucrania. En especial, los altos precios internacionales de la energía y de los alimentos y las disrupciones en las cadenas globales de suministro, así como elevados costos de transporte que persisten.
Mercados laborales
En tanto, si bien los mercados laborales dan señales de recuperación, esta ha sido lenta e incompleta. Para 2022 y, en concordancia con la desaceleración que se espera en el ritmo de crecimiento de la región, se prevé que el ritmo de creación de empleo se reduzca. La acción conjunta de una mayor participación laboral y de un bajo ritmo de creación de empleos, impulsará un alza en la tasa de desocupación durante el presente año, alerta la CEPAL.
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Efecto pobreza
Según el informe de CEPAL, la región experimentó una notoria regresión en su lucha contra la pobreza en 2020 por causa de la pandemia. Tanto la pobreza como la pobreza extrema aumentaron por sexto año consecutivo. En 2020, la pobreza extrema se elevó a niveles registrados 27 años atrás, mientras que la tasa de pobreza general se ubicó en un nivel similar al de finales de la década de 2000.
De acuerdo con el organismo de las Naciones Unidas, la pobreza habría sido mayor en 2020 si los países de la región no hubieran adoptado medidas como las transferencias de ingresos de emergencia. La pobreza extrema habría sido alrededor de 1,8 puntos porcentuales más alta, y la pobreza general habría sido 2,9 puntos porcentuales más elevada en promedio en siete países
No obstante, además ser golpeados por la crisis sanitaria provocada por el COVID-19, la guerra entre Ucrania y Rusia han puesto aún más puesta arriba las posibilidades de recuperación. Según las estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la pobreza se elevaría aproximadamente en 37,7%, mientras que la extrema pobreza en 14,9%. Esto afecta a un total de 7,8 millones de personas.
«Estos niveles son notoriamente superiores a los observados antes de la pandemia y alejan la posibilidad de una pronta recuperación»
Cepal