La crisis energética mundial llega a Sudamérica, primera parada: Brasil, al borde del colapso energético. Sin embargo, el fenómeno de la Niña podría expandir la crisis a lo largo de la región.
Río Paraná
El rio Paraná es el segundo río más largo de Sudamérica, detrás del Amazonas. Es importante para la geopolítica de América del Sur, debido a ser el integrador para el comercio de los países miembro del Mercado Común del Sur (MERCOSUR). Sus aguas son utilizadas para el flujo de la producción brasileña, argentina, paraguaya y boliviana.
El río desempeña un papel fundamental en la producción hidroeléctrica de Brasil y Paraguay. A través de la central de Itaipú, y de Argentina, a través de la central de Yacyretá. Además, la rica biodiversidad del río garantiza el sustento de cientos de familias a través de la pesca y del papel fertilizante que desempeña en las tierras de los países que recorre.
¿Qué está pasando en Brasil?
Durante varias décadas, Brasil, ha dependido de su industria hidroeléctrica, utilizando esta fuente para generar alrededor del 60% de la electricidad del país.
Las reservas de las centrales hidroeléctricas de la zona centro-oeste y de la zona sur, fuente del 70% de la energía hidráulica del gigante sudamericano, disminuyeron considerablemente como consecuencia de la peor sequía que el país experimenta en 91 años. Según Mapbiomas, el país ha perdido la secta parte de sus superficies cubiertas de agua dulce en las últimas tres décadas, pasando de 19.7 millones de hectáreas en el año 1991 a 16.6 millones de hectáreas en 2020.
Según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) y de la Agencia Nacional del Agua (ANA) casi el 45% de los 5565 municipios brasileños sufren sequía en algún grado.
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¿Crónica de una muerte anunciada?
La crisis viene desde casi una década atrás. El clima ocasionó cambios en el régimen de lluvias. Las sequías ocurren con una mayor frecuencia.
Según expertos, la causa es la deforestación de la Amazonía, la cual tiene un impacto directo en la incidencia de lluvias. Especialmente en las regiones ahora afectadas, debido a los chorros de bajo nivel. Sin embargo, no existe consenso sobre si la situación del río Paraná se debe al cambio climático o es parte de su ciclo natural, ya observado en épocas pasadas.
Oportunidades para los países vecinos
Será necesario que Brasil importe suministros de energía de Uruguay y Argentina hasta que las presas sean repuestas. Desde antes de la crisis, Brasil viene importando energía de ambos países vecinos. Según datos de la ONS, en agosto Brasil compró un promedio de 1,338 megavatios por día a dichos países. Esta cantidad duplica al promedio de julio, que fue de 617 megavatios y es casi 12 veces mayor que en agosto de 2020.
La actual importación de energía por parte de Brasil es equivalente a casi el 2% de la energía total producida en el país. Se prevé que las exportaciones de electricidad de Uruguay alcancen un récord de 300 millones de dólares, como consecuencia de la fuerte demanda de energía que necesita Brasil. Uruguay tiene un superávit energético debido a que en la década anterior varios inversionistas inyectaran miles de millones de dólares en energía eólica, solar y de biomasa.
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¿Cómo las sequías han venido afectando a la economía brasilera?
El sector agroindustrial ha sido uno de los motores más importantes de la economía brasilera en las últimas décadas. Favorecido por la vegetación original, pero ahora se está viendo muy afectado por la sequía del río Paraná. El PBI agrícola y ganadero de Brasil cayó, por primera vez en años. El indicador macroeconómico se redujo en 2.8% para el segundo trimestre del presente año. Lo que fue determinante en la caída del 0.1% del PBI total del país.
Se observa un aumento generalizado en el nivel de precios causante que la inflación del país sudamericano alcance los dos dígitos. Cifra no vista desde el año 2000, cuando se presentó otra crisis energética. Esto es producto de las pérdidas de cosechas, el incremento de los precios de la energía, el uso de centrales termoeléctricas y la subida de los costos de transporte en varias cadenas que dependían de las aguas del río Paraná para el flujo de la producción agrícola.
La escasez de energía además genera que actualmente en varios municipios se racione el agua y se especule un posible racionamiento de la energía, aunque este haya sido descartado por el mandatario brasilero Jair Bolsonaro.
Medidas económicas tomadas por el gobierno brasilero
El gobierno anunció una nueva tarifa de “escasez hídrica” de 14.2 reales (alrededor de 2.6 dólares) adicionales por cada 100kWh consumidos, para así incentivar el ahorro de electricidad. Además, el presidente brasilero, Jair Bolsonaro, pidió a la población el evitar en consumo innecesario de energía eléctrica.
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«La Niña» amenaza
Según el portal de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), el fenómeno de La Niña ocurre cuando los vientos alisios del sur se intensifican frente a las costas de Sudamérica y provocan un mayor afloramiento de aguas frías, las cuales cubren la superficie del Pacífico desde América del Sur hasta un poco más allá del centro del océano. En el suroeste, La Niña suele provocar que la corriente en chorro se desplace hacia el norte, causando menos lluvias para una región que las necesita desesperadamente.
Según las proyecciones de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA), existe una probabilidad del 70% al 80% de que La Niña aparezca durante la temporada de invierno del hemisferio norte.
Si el fenómeno llega a ocurrir, causará estragos a los agricultores del sur de Brasil y Argentina, donde el fenómeno puede provocar sequías que perjudiquen aún más a la ya deteriorada producción de maíz, café y soja. Asimismo, el fenómeno ocasionará en Chile tormentas con lluvias fuertes.