El Gobierno alemán reaccionó al interés de Estados Unidos invirtiendo 300 millones de euros por el 23% de las acciones de CureVac, la compañia que se encuentra desarrollando una vacuna contra el coronavirus aplicando recientemente sus investigaciones en seres humanos.
Antes de la compra
En marzo, el presidente estadounidense Donald Trump fue acusado por una edición dominical del diario alemán Die Welt de haber ofrecido «grandes cantidades de dinero» para que CureVac dejara su sede en Alemania y se trasladara a EE.UU. para desarrollar la vacuna «solo para Estados Unidos».
Estas versiones fueron desestimadas por el Embajador de Estados Unidos en Alemania, quien sostuvo que los señalamientos eran falsos, y que algunos medios estaban replicando la noticia «a pesar de no tener sus propias fuentes». Otro funcionario norteamericano dijo a la agencia de noticias AFP que el informe era «salvajemente exagerado», ya que el gobierno de EE.UU. estaba discutiendo el desarrollo de la vacuna con más de 25 compañías. Asimismo, la compañía farmacéutica en cuestión rechazó las acusaciones sobre las ofertas de adquisición, señalando que los esfuerzos de la entidad tienen «el objetivo de llegar, ayudar y proteger a las personas y los pacientes en todo el mundo».
Un vocero del Ministerio de Salud de Alemania le confirmó a Die Welt que la Casa Blanca había intentado hacerse con la empresa farmacéutica, pero que el Gobierno alemán estaba «muy interesada» en asegurar el desarrollo de la vacuna dentro de Alemania y Europa.
Los políticos alemanes reaccionaron a esa noticia airadamente, exigiendo que Berlín evitara que el acceso a la vacuna fuera monopolizada. Uno de ellos, el diputado socialdemócrata Karl Lauterbach, profesor de economía de la salud, expresó que «la venta exclusiva de una posible vacuna a los EE.UU. debe evitarse por todos los medios», «el capitalismo tiene límites«. El ministro de salud alemán, Jens Spahn, señaló que la adquisición de Curevac por el gabinete de Trump estaba «fuera de discusión». Además, el líder del partido liberal FDP constató que «la lucha contra el coronavirus es una tarea humana y no una razón para el egoísmo» porque «los propietarios de la empresa deben ser conscientes de que se trata de algo más que el dinero«.
Alemania asegura su participación
El ministro alemán de Asuntos Económicos y Energía, Peter Altmaier, y el principal accionista de CureVac, Dietmar Hopp, anunciaron a mediados de junio la firma del acuerdo que establece la inversión de 300 millones de euros por parte del Gobierno Federal Alemán a cambio de la participación del 23% en la compañía.
Los fondos invertidos serán utilizados para el desarrollo de sus productos farmacéuticos y el mejoramiento de sus tecnologías. El ministro aseguró que Berlín no tiene intenciones de ejercer presión sobre la empresa sino de ofrecer «seguridad financiera para que pueda continuar su trabajo con las vacunas». Subrayando que es un paso importante para el paquete integral de estímulo económico necesario para enfrentar la pandemia.
«La crisis del coronavirus ha hecho evidente la gran relevancia e importancia de la industria de la biotecnología para los pacientes, nuestra sociedad y el mundo. Me complace que la importancia de la biotecnología también sea reconocida por el Gobierno y que esta industria clave ahora reciba apoyo más allá de la investigación inicial», señaló Dietmar Hopp.