Mientras Perú vive una de sus mejores etapas, las cosas en España empiezan a tensarse. Aunque si bien no es su culpa, a Renato Tapia ya se le empieza a cuestionar su historial médico. Las lesiones recurrentes que está sufriendo el volante afectan su día a día en un Celta de Vigo que parece perder la paciencia. «Vuelve tocado. Parece que somos un taller mecánico que se lo arreglamos para que juegue con Perú», expresó muy molesto Eduardo Coudet, entrenador del equipo gallego, este viernes en rueda de prensa.
Por más que sus palabras hayan generado opiniones dispares en nuestro país, lo cierto es que no se aleja de la realidad. Tapia pasa por reparaciones constantes y es pulido para encomendarse a la Selección Nacional para luego repetir el ciclo. Algo que enfada, con su derecho, a la interna del Celta es que ve como su pivote titular se ha visto condicionado. Ha pasado de ser un pilar en el once a verse penalizado por sus visitas a la enfermería. Los datos y caídas de esta temporada así lo refrendan.
Menos recorrido, minutos y desempeño
De inicio, cabe decir que Tapia es un jugador que no es ajeno a los problemas físicos, pero en la última campaña 20-21 parecía que el problema estaba resuelto o por lo menos controlado. Diseccionando este apartado, cabe decir que suma más interrupciones por lesión (4) este año que el anterior (1), cuando cayó a cuatro jornadas de finalizar La Liga y con el Celta peleando por entrar en Europa. En aquel mencionado curso, también disputó dos fechas FIFA en 2020 con Perú en octubre (Paraguay y Brasil) y noviembre (Chile y Argentina). En ninguno de esos duelos, el canterano del Twente sufrió daños severos. Jugó todos los encuentros, salvo el último ante los de Scaloni, el cual acabó en derrota 0-2, por suspensión,
Tras ello, Tapia acabó recuperándose en su club antes de partir rumbo a Brasil para disputar la Copa América. Fue en aquel cotejo donde comenzaría el calvario que está viviendo actualmente. El mediocampista volvió lesionado a España después del partido por el tercer lugar ante Colombia (3-2) y se tomó mucho empeño a tratarlo adecuadamente. Aunque sin frutos. Y ello se refleja en que no solo sus números en cuanto a partidos han descendido, sino también sus minutos disputados. A estas alturas de la temporada anterior -22 fechas ligueras-, el peruano había estado presente en 21 juegos (el único que se perdió fue por acumulación de tarjetas) y cargaba con 1780′ en sus piernas -completando los 90′ en 13 de esos partidos-.
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A día de hoy, el ex Feyenoord se ha vestido de corto en 17 oportunidades, pero solo ha estado en el campo 1109′ -apenas acabando 5 enfrentamientos-. Es más, voló a Perú solamente con 55′ en la mochila. Un drástico decrecimiento cuando se esperaba su consolidación en una de las cinco mejores competiciones del mundo. Aun así, es importante recalcar que de sus tres percances en este lapso fueron con la Selección Peruana -octubre, noviembre y ahora febrero-. La penúltima se produjo con el Celta a inicios de año en la Copa del Rey. Coudet buscó dosificarlo en el encuentro contra el Atlético Baleares. No obstante, acabó viendo como Tapia pedía el cambio al entretiempo para llegar recuperado al último llamado de Gareca.
El Celta condicionado: con parche y lejos de sus objetivos
En resumen, este es un ciclo que está afectando al futbolista nacional en su estatus y rol en la plantilla viguesa. Si antes era considerado junto a Iago Aspas, máximo ídolo del Celta, como los jugadores más trascendentales, eso ha cambiado. Si bien su equipo acusó sus constantes ausencias al comienzo, la cosa parece ser muy distinta ahora y, por otra parte, perjudicial para Tapia. El golpe en la mesa dado por Fran Beltrán está impulsado a los de Coudet. Reconvertido a único mediocentro del conjunto gallego, el español está brindando la misma solidez, libertad a los atacantes y derroche físico que el peruano. Con el de ancla, el equipo gallego pasó de verse abajo (17°) a acomodarse en media tabla (12°).
Sin embargo, no termina de ser suficiente para el Celta. Después de quedarse a cinco puntos de Europa, la entidad tenía previsto estar luchando por lo alto desde el comienzo. De la mano de Aspas, Brais Méndez, Nestor Araújo o Hugo Mallo. Claro, sin un miembro de la columna vertebral (Tapia) la misión parecía complicarse. Afortunadamente, Coudet ha sabido reajustar piezas, aprovechar estados de forma y así repuntar. Su equipo esta 12°, pero a solo cinco unidades de la séptima plaza. La remontada es posible, lastima que para el ‘capitán del futuro’ sea sin él en cancha. Su situación no cambiará mientras Renato sea tratado como un todoterreno que este en Vigo únicamente para ser refaccionado. El fútbol no entiende de pasajeros.
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