Conversamos con Augusto Sánchez, encargado de relaciones públicas de una de las cevicherías más grandes del país. Este nos cuenta la historia de “Mi barrunto”, quiénes la conforman y el secreto de su éxito.
“Mi Barrunto” es un restaurante de comida marina como muchos en el país. Se distingue por su historia y el cómo ha hecho que de la mano de personajes públicos como futbolistas y cantantes internacionales, la cevichería sea la primera opción de muchos a la hora de escoger un lugar para degustar platillos de nuestro rico mar peruano.
¿Cómo nace «Mi Barrunto»?
Nace como idea de mi hermano Luis, quien con 17 años de edad, buscaba ayudar a nuestra madre Maria en los gastos del hogar. Solíamos tener 4 mesas en un inicio, fuimos ampliando el local y, aprovechando la cercanía del club Alianza Lima, creamos lazos importantes con futuras promesas como Paolo Guerrero, Jefferson Farfán, entre otros y nos hicimos más conocidos en La Victoria. Fue en el año 2004 cuando alcanzamos el logro de inaugurar nuestro local de 5 pisos.
¿Cómo llegaron los futbolistas y luego cantantes como Daddy Yankee o Nicky Jam?
Toda empieza con la señora Peta (madre de Paolo Guerrero) y cuando el depredador tenía solo 15 años. Con ellos y demás promesas se crean relaciones con el Club Alianza Lima. Luego los demás equipos hablaban de nosotros a tal punto de llegar a los oídos de la selección. La presencia de los cantantes se debe gracias a los empresarios que los traen al país. Nosotros estamos en La Victoria y La Victoria es salsa. Cantantes puertorriqueños nos recomendaron con personajes actuales como Nicky Jam o Daddy Yankee, quienes al compartir el buen momento vivido en el restaurante llamaron a más artistas.
¿Cómo no caer en el conformismo del éxito?
Innovamos en la calidad de productos, mejoras en servicios, practicidad e invertir en recursos humanos. Nuestro plato llega a la mesa entre 5 a 10 minutos, no importa si es el cliente 1 o el comensal 1000, todos son atendidos por igual. Además, contamos con Chita, Lenguado, Corvina, Conchas negras, y demás condimentos que no todos los restaurantes poseen. Y sobretodo, que nuestros conocidos clientes han hecho famosos nuestros platos; es por ello, que hoy en día nos piden un “Ceviche Foquita” (en alusión a los gustos Jefferson Farfán) o una “Chita Gareca” (refiriéndose a la preferencia del profesor Ricardo Gareca).
¿Qué cosas tuvieron que cuadrar en tiempos de pandemia?
El delivery, que fue un servicio nuevo para nosotros; sin embargo, rompimos esquemas llegando a más de 40 km de La Victoria. Aparecer en las puertas de Ate, Comas, Ancón, Lurigancho, etc. y ver a nuestros clientes felices nos hizo saber que atinamos de buena manera. El delivery al ser gratis crea mercados nuevos. El “Sí llega” fue el mejor marketing boca a boca que pudimos tener en estos tiempos.
¿Qué los hace distintos al resto?
Somos rápidos. El promedio de entrega de un plato en el Perú es de 15 a 25 minutos, nosotros servimos en 5 o 10. Por si fuera poco, tenemos siempre lo que el cliente busca: chita, camarones y demás platos que algunos restaurantes tienen solo por los fines de semana. Nuestra infraestructura también marca la diferencia, somos la cevichería más grande del país, y a pesar de la concurrencia, el cliente espera porque sabe que pronto será atendido por los dueños (Augusto Sánchez, encargado de relaciones públicas; Luis Sánchez, gerente general y Jhonatan Sánchez, tesorero) y trabajadores, que se sienten parte de la familia. Por último, tener lazos en un deporte popular como el fútbol significa amor, barrio y familia; cosas que la plata no pueden comprar.
Es así como Mi Barrunto se repotencia en tiempos de COVID-19 y no pierde su esencia. Cuentan con todas las medidas de bioseguridad y pueden visitarlos en Jirón Sebastián Barranca 935, La Victoria.