La probabilidad de que la zona metropolitana uruguaya se quede sin agua potable aumenta considerablemente, aunque la denominada hora cero se ha ido postergando gracias a escasas lluvias que aumentaron las reservas en Paso Saverino, principal fuente de agua dulce de la capital. Sin embargo, la rapidez con la que el caudal del agua sigue disminuyendo y las poca frecuencia de precipitaciones indican que, en solo cinco días, Uruguay se quedará sin agua potable.
Las lluvias de los últimos diez días trajeron algo de tranquilidad al país. Según el Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet), en la zona de Paso Saverino cayeron entre 20 y 28 milímetros de lluvias entre el martes y miércoles de esta semana. No obstante, las precipitaciones caídas no son suficientes para frenar la emergencia hídrica decretada a mediados del mes pasado.
La directora del Inumet, Natali Bentancor, y el presidente de Obras Sanitarias del Estado (OSE), Raúl Montero, coincidieron en que las precipitaciones han dado la tranquilidad como para correr la emergencia «unos cuantos días». «OSE está viviendo, creo que, de la historia reciente, uno de los peores momentos. La situación que afecta a más de la mitad de la población del país es muy dura», sentenció Montero.
La falta de agua potable se debe a que se ha drenado el principal embalse de Montevideo, el cual también abastece al área metropolitana; es decir, a más de la mitad de la población uruguaya. En este contexto, las reservas del embalse Paso Saverino, que suministra de agua dulce a la región, vienen disminuyendo hace meses como consecuencia de la sequía.
Esto provocó que OSE decidiera, el pasado 26 de abril, proceder a la mezcla del agua dulce de Paso Saverino con el agua salada de fuentes cercanas al Río de la Plata, con el objetivo de suplir la demanda. Así, el agua que distribuyen es de menor calidad debido al aumento de la salinidad y del cloruro que la misma posee.
En este contexto, el gobierno uruguayo reconoció que no queda más de una semana de abastecimiento de agua potable. Por ello, llamó a la población a consumir preferentemente agua embotellada, debido también a los elevados niveles de sodio que contiene el agua que se distribuye en la actualidad.
El consumo total de agua de red en Montevideo y la zona metropolitana el pasado lunes fue de 504.073 metros cúbicos, mientras que las reservas de la represa estaban ese mismo día en 1.173.573 metros cúbicos, cuando la capacidad máxima es de 67 millones de metros cúbicos. Así, la represa de Paso Severino contiene tan solo el 1,7% de su máxima capacidad.
Cuando la reserva de la represa se agote, OSE tendrá que aumentar el abastecimiento desde fuentes más cercanas al Río de la Plata, lo cual implicaría niveles de cloruro y sodio aún más elevados que los actuales. Estos parámetros harán que el agua no sea bebible. “Si no llueve, va a haber un lapso en el que el agua no sea bebible”, confirmó el presidente del país, Luis Lacalle Pou; y, lamentablemente, no están pronosticadas lluvias en los próximos días.
Por lo tanto, teniendo dificultades para acceder a agua de red de calidad, los afectados tendrán que recurrir al consumo de agua mineral embotellada. Adelantándose el gobierno a la inminente crisis, la distribución de agua embotellada ha sido protagonista de varias medidas. Por un lado, el Estado las entrega gratis a un tercio de la población, mientras que, por el otro, la importación de la misma tiene una autorización de exoneración de impuestos, además de que, por decisión de una ley sancionada en el Congreso el 21 de junio, su comercialización no estará gravada por IVA en tanto dure la crisis.
A su vez, el gobierno también comenzó a repartir esta semana asistencia para 90.000 jubilados y pensionados que cobran el monto mínimo. La ayuda consiste en la entrega de 850 pesos mensuales, lo cual corresponde a lo necesario para la compra de dos litros de agua diarios. Asimismo, el Senado aprobó el jueves una ley que crea el Fondo de Emergencia Hídrica, una iniciativa que financiará el acceso a agua potable a 500.000 personas en situación de vulnerabilidad y tendrá un costo de 12 millones de dólares mensuales.
Igualmente, el gobierno avanza con la construcción de un nuevo embalse en el río San José, la cual implica una inversión de 40 millones de dólares y un tiempo de entre 30 y 60 días para su puesta en marcha. Según el presidente uruguayo, el nuevo embalse será una obra de infraestructura con cañerías de 13 kilómetros importadas de Brasil y plastiducto importado de Argentina.
Mientras tanto, se ha decidido que los camiones cisterna que ya distribuyen agua en condiciones a los hospitales y escuelas de la zona metropolitana expandan su rango de entrega a otros establecimientos. Por demás, el departamento de Maldonado ofreció abastecer a Montevideo con sus propias reservas, enviando 30.000 litros de agua cada media hora a la capital.
Es menester mencionar el pronunciamiento del expresidente José Pepe Mujica acerca de la situación. Él mismo reconoció que «se me van a enojar, pero nos dormimos todos. Compartamos la responsabilidad«. Según el exmandatario existió un proyecto y financiamiento para la construcción de una represa adicional en Casupá durante su mandato, pero lo descartó porque le preocupaba el déficit fiscal.
Por su parte, el actual presidente dijo: «Me hago responsable y el Gobierno se hace responsable de lo que le toca. La sequía es la más grande de los últimos 70 años y hemos hecho lo posible para estirar la cantidad de agua bebible».