El reciente anuncio de la nominación del presidente colombiano Gustavo Petro al Premio Nobel de la Paz 2024 ha generado un amplio espectro de reacciones tanto a nivel nacional como internacional. Esta nominación, realizada por Rasmus Hansson, uno de los tres diputados del partido ecologista en el Parlamento noruego, ha puesto en primer plano el compromiso de Petro con la paz en Colombia y su enfoque inclusivo y dialogante para la resolución de conflictos.
Gustavo Petro ha intentado demostrar en la práctica que el diálogo con los actores armados puede ser un medio eficaz para solucionar conflictos y reducir la violencia. Su política de «paz total» en Colombia busca desarmar a todos los grupos ilícitos del país, un esfuerzo integral para lograr la paz en Colombia a través de la inclusión y el diálogo. Este enfoque inclusivo se refleja en las negociaciones que Petro promueve, en las que las mujeres, los jóvenes, los indígenas y los grupos marginales también participan.
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Un enfoque integral para la paz en Colombia
La política de «Paz Total» propuesta por el presidente Gustavo Petro es un enfoque integral para lograr la paz en Colombia. Esta política busca negociar con todos los grupos armados posibles, con el objetivo de poner fin a los conflictos armados que han asolado al país durante décadas.
Negociaciones de paz con el ELN y la FARC
Uno de los componentes clave de esta política es la reanudación de las negociaciones políticas de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Estas negociaciones, que comenzaron durante el Gobierno de Juan Manuel Santos en 2016, se habían suspendido durante el Gobierno de Iván Duque, pero fueron retomadas por Petro. El objetivo de estas negociaciones es lograr un cese del fuego bilateral y definitivo, y la dejación de las armas por parte del ELN.
Además de las negociaciones con el ELN, la política de «Paz Total» de Petro también incluye la implementación integral del Acuerdo de Paz Final con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC – EP). Este acuerdo, firmado en 2016, establece una serie de compromisos por parte del Estado colombiano y las FARC para poner fin al conflicto armado y avanzar hacia la paz. Sin embargo, Petro ha señalado que hay desafíos para la implementación de este acuerdo, incluyendo la capacidad del Estado para cumplir con los compromisos relacionados con la tierra, el territorio y la verdad.
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Celebración y crítica en Colombia
La nominación de Petro ha sido recibida con un amplio espectro de reacciones. Mientras que algunos celebran este reconocimiento como un respaldo adicional a la política de paz total liderada por Petro, otros cuestionan la nominación citando estadísticas de violencia en el país desde su elección.
Desde que Petro asumió la presidencia, Colombia ha experimentado un incremento en varias formas de violencia. Según el Ministerio de Defensa colombiano, ha habido un incremento superior al 80 % en los secuestros y un 27 % en los casos de extorsión. Aunque la tasa de homicidios ha mostrado solo una disminución marginal, las cifras de homicidios, masacres y casos de secuestro han sido poco alentadoras para el primer año de Petro. Además, se ha informado de un aumento en el asesinato de mujeres líderes sociales.
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Violencia en Colombia, un desafío para la política de Paz Total
A pesar de la propuesta de «paz total» del Gobierno Nacional, y los mensajes de buena voluntad de las bandas de crimen organizado, las matanzas no frenaron en Colombia con la llegada de Gustavo Petro al poder. Desde su posesión, el país ha padecido 11 matanzas: ocho triples homicidios y tres cuádruples homicidios. Estas estadísticas contrastan con las promesas electorales de Petro y ponen en duda la efectividad de su política de paz total.
Algunos críticos han señalado que la realidad en Colombia es preocupante y argumentan que la paz total que Petro promueve parece estar lejos de alcanzarse, dada la persistencia de conflictos armados y la violencia en varias regiones del país. Estos sostienen que la nominación al Nobel debería reflejar no solo las intenciones pacíficas, sino también los resultados tangibles en términos de reducción de la violencia y la promoción de la justicia social.
En conclusión, la nominación de Gustavo Petro al Premio Nobel de la Paz 2024 ha resaltado su compromiso con la paz en Colombia y su enfoque inclusivo y dialogante para la resolución de conflictos. Sin embargo, esta nominación también ha puesto de relieve las preocupaciones sobre la efectividad de su política de paz total, dada la persistencia de conflictos armados y la violencia en varias regiones del país. A pesar de los esfuerzos de Petro, las estadísticas de violencia y las críticas recibidas indican que el camino hacia la paz en Colombia aún enfrenta desafíos significativos. Estos hechos subrayan la necesidad de soluciones más efectivas para abordar estos problemas y lograr una paz duradera en Colombia.