El miércoles 26 de junio de 2024, el presidente de Bolivia, Luis Arce, denunció a través de su cuenta en la red social X «movilizaciones irregulares de algunas unidades del Ejército Boliviano«. Arce hizo un llamado a respetar la democracia ante estos hechos.
Movilizaciones militares irregulares
Poco después, el exmandatario Evo Morales, rival político de Arce, también utilizó X para alertar sobre un supuesto «acuartelamiento» de las Fuerzas Armadas y aseguró que «se gesta un golpe de Estado«. Morales acusó al general Juan José Zúñiga, quien había sido destituido el día anterior como comandante general del Ejército tras advertir que no permitiría un nuevo gobierno del líder del Movimiento al Socialismo.
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Confirmación del golpe de Estado
La prensa local reportó que vehículos de asalto tomaron la plaza Murillo, en La Paz, y desalojaron a los presentes activando gases lacrimógenos. Los militares tuvieron una fuerte discusión con el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, quien intentaba llamarlos al orden.
En declaraciones a la televisión, el general Zúñiga confirmó que se trata de un golpe de Estado militar y anunció que habrá un cambio de gabinete. Zúñiga perdió su cargo el martes tras amenazar a Morales, diciendo que «no puede ser más presidente de este país» y advirtiendo que no permitiría que «pisotee la Constitución».
Reacciones y alerta democrática
El presidente Luis Arce se volcó a las redes sociales para denunciar el intento de Golpe de Estado y llamó a la población boliviana a movilizarse en defensa de la democracia. «Necesitamos que el pueblo boliviano se movilice en contra del golpe de Estado», afirmó Arce. El expresidente Evo Morales también convocó a una «movilización nacional para defender la Democracia» en Bolivia.
El ministro de Obras Públicas, Edgar Montaño, señaló que el Gobierno va a defender la democracia. El viceministro Jorge Silva también hizo un llamado a la población a salir a rechazar el golpe militar en curso.
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Enfrentamiento y nuevos nombramientos
En la plaza Murillo, el presidente Luis Arce se enfrentó personalmente al general Juan José Zúñiga, quien fue destituido recientemente y lideraba el intento de golpe de Estado. Arce pidió al comandante Zúñiga replegar las fuerzas militares de la Plaza Murillo, pero inicialmente, el jefe militar se negó. Tras este enfrentamiento, Arce tomó juramento a los nuevos comandantes de las tres ramas del Ejército, asegurando así su permanencia en el poder.
Arce permanece en el poder
Con el grito de «¡los golpistas no pasarán!», el presidente Arce se mantiene en el poder después del intento de golpe. Tras varias horas, el general Zúñiga se retiró de la Plaza Murillo y los tanques volvieron a los cuarteles, en cumplimiento con la orden emitida hoy por el general José Wilson, el nuevo jefe del Ejército.
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Detención del general Zúñiga
El general Juan José Zúñiga fue detenido tras el intento de golpe de estado. Afirmó que el presidente Arce le ordenó sacar los blindados para «levantar» su popularidad. La Fiscalía General de Bolivia inició acciones legales contra Zúñiga y los participantes en el intento de golpe.
Antecedentes al golpe de Estado
La democracia boliviana ha enfrentado numerosos desafíos en las últimas décadas. Desde la llegada al poder de Evo Morales en 2006, el país experimentó un progresivo deterioro de sus instituciones democráticas, caracterizado por la concentración de poder, la persecución de opositores y escándalos de corrupción. Aunque obligaron a Morales a dejar el poder en 2019, el gobierno de Luis Arce, también del Movimiento al Socialismo (MAS), continuó muchas de estas prácticas. Este patrón de erosión democrática ha creado un terreno fértil para la inestabilidad política. En este contexto, los eventos del miércoles 26 de junio representan un nuevo capítulo en la compleja historia política de Bolivia.