Luego de dos años desde el inicio de la guerra de Ucrania, este conflicto sigue siendo fuente de diversas posiciones. De esta forma, se han ampliado los países parcialmente involucrados en los últimos dos años con la la expansión de la OTAN. Además, se han manifestado distintos gobiernos con una posición a favor o contraria a esta situación. Por su lado, recientemente en una entrevista, el Papa Francisco brindó unas declaraciones que generan controversias.
La demanda de cese al fuego
En una entrevista frente a la emisora suiza Radio Télévision Suisse, el Papa brindó una opinión respecto a la guerra entre Rusia y Ucrania que ha generado indignación. Principalmente desde el gobierno ucraniano. De esta forma, se refirió a una solución pacífica a este caso. Para la cual debería existir la valentía para “elevar bandera blanca” y de esta forma dar paso a negociaciones.
Textualmente señaló lo siguiente: «Pero creo que la más fuerte es la que ve la situación, la que piensa en la gente, la que tiene el coraje de la bandera blanca, de negociar». Asimismo, agregó que esto podría hacerse posible con la ayuda de las potencias internacionales. Cabe aclarar sin embargo que se han incrementado en los últimos días las tensiones entre las potencias principales involucradas en este conflicto. Esto debido a las amenazas de Rusia respecto a una guerra nuclear y por el otro lado a la expansión de la OTAN con Estados Unidos como principal miembro.
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Las respuestas frente a estas polémicas palabras
Frente a las declaraciones efectuadas por el Sumo Pontífice, diversas personalidades, entre ellos los altos mandatarios ucranianos han salido a manifestar su rechazo. En primer lugar, el propio Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa del Vaticano decidió “aclarar” la solicitud de la cabeza de la Iglesia Católica frente a esta situación. De esta forma, mencionó que en realidad el término “bandera blanca” no fue utilizado por él directamente. Por el contrario, se refirió solamente al cese de las hostilidades a partir de la diplomacia y las negociaciones y de esta forma culminar con la guerra.
Por su parte, Dmytro Kuleba, ministro de Relaciones Exteriores del país marcó distancia de lo manifestado por el Pontífice con la decisión gubernamental de no rendición. “Nuestra bandera es amarilla y azul. Esta es la bandera por la que vivimos, moriremos y triunfaremos. Nunca levantaremos otras banderas”. Además, agregó que el más fuerte se pone del lado del bien en una batalla “entre el bien y el mal”, como calificó el conflicto. Finalmente criticó directamente la política del Vaticano asemejándola con la posición que en su momento adoptó el entonces Pontífice Pío XII durante la Segunda Guerra Mundial y su “silencio” frente a las políticas genocidas de los nazis. Crímenes que en gran medida se dieron en el contexto de la invasión alemana a la Unión Soviética
Asimismo, algunas figuras internacionales como la delegación de la Unión Europea en la Santa Sede o el Estado Polaco manifestaron su disconformidad con las mencionadas declaraciones eclesiásticas. Así, la primera calificó a la invasión y el inicio de la guerra como “ilegal e injustificada”. Por lo tanto, es importante garantizar la integridad territorial de ucrania y no ceder ante Putin. Incluso, se llegó a mencionar que “nadie habló de negociaciones de paz con Hitler”.
Las consecuencias que traerían estas declaraciones
Por su parte, el país ahora invadido y en una situación crítica solicitó el denominado «nuncio apostólico». Esta figura es un Embajador del Vaticano, la cual en este caso se convocará en señal de protesta por las recientes declaraciones realizadas por la Santa Sede. El Ministro Kuleba señaló lo siguiente: “Visvaldas Kulbokas fue informado de que Ucrania está decepcionada con las palabras del pontífice sobre la ‘bandera blanca’ y la necesidad de ‘demostrar coraje y negociar’ con el agresor”. Esto debido a que lo que se está solicitando sería imponer la ley del más fuerte, generando que Rusia pueda anexar territorio por la fuerza.
Como se observa en las críticas de Ucrania así como sus aliados, será bastante complicado encontrar una solución pacífica inmediata. Esto debido a la evidente tensión que existe entre la OTAN y Rusia. Asimismo, la negativa del gobierno ucraniano a negociar reduce aún más las esperanzas de una posible solución diplomática.