A lo largo de la historia han existido monedas que se han impuesto sobre otras para convertirse en las divisas internacionales de su época. Como plantea Benjamin J. Cohen, un economista estadounidense, las grandes potencias siempre han ostentado el poder monetario, en forma de imposición de la moneda nacional como divisa de intercambio a nivel internacional.
Para que una moneda se convierta en divisa internacional, debe existir confianza y demanda de la misma, estabilidad macroeconómica en el país, rápida disponibilidad, liquidez y fuerte poder político, de modo de forzar su circulación a los actores del sistema internacional.
Estas condiciones estuvieron dadas para los Estados Unidos al finalizar la Segunda Guerra Mundial. La situación de poder en la que se encontraba luego del conflicto fue de utilidad para consagrar un Nuevo Orden Económico Internacional con los Acuerdos de Bretton Woods. Desde ese momento, el dólar estadounidense se transformó en la divisa internacional, pero respaldada por el oro.
Este orden se vio interrumpido en 1971, con el famoso Shock Nixon, por el cual se eliminó la paridad con el oro y el dólar se convirtió en una divisa sin respaldo. El dólar salió a flote rápidamente con la emergencia de los petrodólares, los cuales le permitieron al dólar mantenerse como la divisa internacional.
Sin embargo, desde hace unos años, se comenzó a hablar de un proceso llamado «desdolarización», que consiste en el desplazamiento del dólar como moneda de intercambio y de reserva internacional. Este debate ha tomado cierto impulso en los últimos meses debido a una serie de acuerdos bilaterales y multilaterales a nivel internacional en otras monedas.
Ahora bien, ¿el mundo realmente se dirige hacia una desdolarización? ¿Qué nos dicen los datos?
Factores que nos permiten hablar de la Desdolarización
El cuestionamiento al dólar es un fenómeno multicausal y los analistas coinciden en algunos factores importantes que han contribuido a generar una agenda en pos de una desdolarización. A continuación, se presentarán 4 factores que se creen más importantes para comprender las razones de este debate:
Ascenso Chino
El siglo XXI ha sido muy importante para la República Popular China. El crecimiento económico, tecnológico y militar, ha posicionado a China como una potencia a nivel internacional. En este contexto, el país asiático ha intentado exportar su moneda, el yuan, a través de los swaps de monedas, o intercambio de monedas, generando incentivos para que los países usen la moneda china como reserva de valor y como moneda de intercambio.
Evidentemente, el gigante asiático sabe que para disputarle poder a Estados Unidos, necesita establecer una divisa alternativa. Por un lado, ha elaborado un sistema alternativo al SWIFT, promoviendo el uso de sus propios sistemas de pago, como el sistema interbancario transfronterizo (CIPS); y por otro lado, está estudiando la posibilidad de un acuerdo con los países del golfo para comerciar el petróleo con yuanes.
Política de sanciones de Estados Unidos
Desde la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha utilizado su poder económico, militar, y financiero, para sancionar a los Estados que no se alineaban a sus intereses económicos y estratégicos. Las sanciones incluyen el congelamiento de activos a individuos, multas a empresas, prohibición de visados a funcionarios, exclusión del sistema SWIFT a Estados y embargos comerciales, entre otras. Entre las sanciones más recientes, caben mencionar las impuestas a Irán, Venezuela, Cuba y Rusia.
Las sanciones impuestas a Rusia tras la invasión del territorio ucraniano son de vital importancia para entender la actualidad de la desdolarización. Rusia ha logrado esquivar las mismas a través de la no utilización del dólar, así como su exclusión del sistema SWIFT le obligó a explorar otras alternativas para comerciar y financiarse.
El establecimiento de estas sanciones, según varios analistas, generan un aumento de la desconfianza, ya que los gobiernos quieren utilizar la divisa de un país que no confisque sus reservas en caso de conflicto. En este sentido, el senador republicano Marco Rubio planteó que, en cinco años, no se podrá hablar de sanciones de Estados Unidos porque habrá muchos países que realicen transacciones en monedas distintas al dólar.
Política Monetaria de los Estados Unidos
En las últimas décadas, Estados Unidos ha manifestado una serie de problemas económicos. Tanto la crisis del 2008 como su política macroeconómica, que ha tendido a priorizar sus intereses nacionales por sobre las necesidades del mundo, son factores determinantes para entender el aumento de la desconfianza en la economía norteamericana. El aumento de la inflación y de la deuda pública, y el creciente déficit de cuenta corriente, son elementos que no ayudan al dólar, y que generan un interés de los actores para diversificar sus activos.
Cambio del Orden Internacional
Si bien hay debates acerca de hacia qué orden nos dirigimos, ya sea un orden multipolar o un nuevo orden bipolar dado el ascenso chino, es un hecho que el orden internacional ya no se estructura de acuerdo a los intereses de Estados Unidos. El nuevo orden está marcado por un desplazamiento del centro de poder económico y geopolítico desde Occidente hacia Oriente. En este sentido, el ascenso de los BRICS y del ASEAN es un producto de este proceso de mayor diversificación del poder político y económico, que busca trasladarse también al poder monetario.
Hechos que nos permiten hablar de la Desdolarización
Algunos de los acuerdos comerciales más importantes que se llevaron a cabo sin la intermediación del dolar, así como proyectos para explorar otras alternativas, son:
- Acuerdo comercial entre Rusia y China.
- Rusia desplaza al dolar por el Yuan para su comercio con China, Asia y América Latina.
- Acuerdo entre Brasil y China.
- Arabia Saudita se declara abierta a negociar en otras divisas distintas al dólar.
- Erdogan dice que Turquía pagará parte del gas ruso en rublos.
- Acuerdo entre la Argentina y China.
- India deja a un lado el dólar y comienza a comerciar con Rusia en otras monedas.
- Para competir con el dólar, el BRICS trabaja en su propia moneda.
- FMI asiático, otra amenaza para el dólar: China y Malasia impulsan megafondo.
- En busca de una moneda común, la Argentina y Brasil cambiarán su comercio bilateral para cuidar las reservas del BCRA.
- Irak aprueba el uso del yuan como moneda para importar productos de China.
Sin embargo, también es importante analizar los datos, de modo de determinar si podemos o no hablar de una desdolarización. Según la Composición de las Reservas Oficiales de Divisas (COFER, por sus siglas en inglés), para el último trimestre de 2022, las reservas denominadas en dólares rondaban un 58% del total a nivel internacional, seguidas por el euro (20%), luego por el yen japonés (5,5%) y en cuarto lugar por la libra esterlina (4,9%); mientras que el yuan chino solo representa el 2,7% de las reservas.
Por otro lado, el 80% de las transacciones comerciales se realizan en la moneda estadounidense, de acuerdo a los datos del Banco de Pagos Internacionales. Por lo que, nuevamente, no vemos una continuidad entre los anuncios y los hechos.
Conclusión
En síntesis, hablar de una desdolarización inminente es un tanto desproporcionado con lo que muestra la realidad. Según Ian Bremmer, presidente de Eurasia Group, «los rumores sobre la muerte del dólar están enormemente exagerados. Según la mayoría de las medidas de uso, el dólar sigue siendo indiscutiblemente dominante en el comercio y las finanzas globales, aunque un poco menos que en su apogeo».
Si bien es cierto que de a poco aparecen algunas alternativas al dólar como moneda de intercambio y de reserva de valor, como las criptomonedas y otras monedas nacionales, ninguna de éstas posee aún los requisitos necesarios para convertirse en una divisa internacional.
Hay un consenso generalizado entre los analistas acerca de que la desdolarización es un proceso de largo plazo, propio del devenir del orden internacional, y que paulatinamente se ha puesto en marcha. Sin embargo, parece que el popular refrán «mucho ruido y pocas nueces» es acorde a este fenómeno que ha tomado una gran relevancia mediática en los últimos meses.