El gallo de mi vecina es un corrupto, todas las madrugadas cobra cupos antes de las peleas. Pero él incluso, siendo un animal, podría ser mejor gobernador regional que todos los que hemos tenido últimamente. Porque así está Piura: inundada, pero de corrupción. Está corrompida mi ciudad en el nivel político, pues ha perdido, desde hace mucho, el sentido de la política: la noble profesión de hacer el bien común. Al pueblo no han hecho bien los gallos de Servando, los relojes de Neyra ni las llaves de Hilbck.
Le corresponde al Gobierno Regional (GORE) que elegimos prevenir los desastres, porque solo y nadie más que el GORE decide cómo y cuánto dinero invierten en las obras –puentes, pistas, hospitales–, no le corresponde al presidente ni a los congresistas, según la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales, de N.° 27867. Los gobernadores regionales de los últimos 6 años junto con un gran número de funcionarios públicos están siendo investigados por no hacer obras, según el Ministerio de Justicia, y paradójicamente son ellos mismos quienes organizaron una huelga contra Dina Boluarte por no prevenir los desastres del ciclón Yaku. Pero, señores, si con alguien deberían quejarse es consigo mismos frente a un espejo.
El que tuvo la idea de hacer una huelga no cometió una falta tan grave como el pueblo que lo obedeció, ese pueblo piurano que se dejó llevar por tamaño cuento, como si se tratase de un chisme de mi tía Meche. Tiene sentido, entonces, que esa sociedad mal informada haya elegido a políticos peores que el gallo de mi vecina. El río de corrupción no ha inundado solo el nivel político de mi ciudad, sino también a su sociedad: el ciudadano vota por el candidato de regalos y no por el de preparación.
La corrupción que inunda Piura, de no drenarla nosotros, terminará ahogando el bienestar de nuestra ciudad y de las generaciones que aún no conocen al gallo de mi vecina, ¡el animal que podría ser mejor gobernador! Porque la sociedad y el Gobierno, decía un taxista, pareciera que es lo mismo, ambos igual de corruptos, pero yo digo que si tuviera que cambiar algo de la sociedad, me cambiaría a mí misma.