Tras 8 años de una larga espera, finalmente se llegó a una conclusión. El día jueves de esta semana, la corte distrital de La Haya, Países Bajos, sentenció a tres personas, a cadena perpetua al ser hallados responsables por el ataque del vuelo MH17 en el 2014. Este veredicto cobra particular relevancia, dada la invasión que Rusia lleva a cabo en Ucrania desde Febrero, y, más puntualmente, tras el misil caído en Polonia esta semana.
La tragedia
Como puede ser recordado, la primera mitad del año 2014 tuvo una serie de trágicas implicancias para la aviación civil, teniendo a la aerolínea Malaysia Airlines, como principal actor. En Marzo de aquel año, su vuelo 370 desapareció sobre el Océano Índico mientras cubría la ruta Kuala Lumpur-Beijing. Hoy, lo que sucedió entonces permanece como misterio, y la investigación judicial, archivada. Poco después, ese mismo año, en Junio, la misma aerolínea se vio implicada en otra tragedia. El vuelo MH17, que cubría la ruta Ámsterdam-Kuala Lumpur, cayó derribado sobre la provincia ucraniana de Donetsk, escenario principal de la guerra entre el estado Ucraniano y las fuerzas separatistas pro-rusas de esa región. El resultado fue desastroso, ya que fallecieron las 298 personas a bordo.
Inmediatamente tras reportarse la pérdida de contacto con el vuelo, el espacio aéreo ucraniano fue cerrado y diversas aerolíneas desviaron sus rutas. A su vez, ciudadanos ucranianos que residían cerca de la zona de impacto del avión reportaron una fuerte explosión. Pero, también una visible columna de humo e, incluso, el escatológico riego de cadáveres en las proximidades.
Curiosamente, tras el incidente, fueron las milicias pro-rusas las que ubicaron las cajas negras del vuelo MH17 primero. Estas las entregaron a las autoridades Rusas, quienes siguiendo las reglamentaciones de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), las entregaron a Ucrania. Esto dado que, al suceder el incidente en espacio aéreo ucraniano, dicho país debía asumir el liderazgo de las investigaciones. Posteriormente, la investigación, producto de la presión internacional, fue compartida por diversos países. Esto llevó a que, encima de Ucrania, se sumen equipos de los Países Bajos, Malasia y Australia.
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El juicio y las pruebas
Si bien las investigaciones, lideradas por equipos provenientes de los Países Bajos y Australia, iniciaron poco después del incidente, el juicio recién tuvo lugar para iniciar hace poco más de dos años. La primera resolución importante del jurado fue que se usaron equipos Buk para derribar el vuelo MH17. Este tipo de armamento, creado en la década del 1970 por la Unión Soviética, cumple con una misión específica; la de interceptar misiles y llevar a cabo ataques tierra-aire. Además, los equipos Buk fueron sido identificados en el conflicto en el este de Ucrania, como fue determinado por la corte, de un uso premeditado. Esto fue justificado dada la «preparación del personal y planeamiento de la localización» que su uso implica.
También al ser el conflicto considerado, oficialmente, como una guerra interna entre Ucrania y separatistas, cualquier parte extranjera no gozaría de «inmunidad por combate». Interesantemente, al ser los responsables de nacionalidad rusa, su presencia en el conflicto no es justificable. Por ende, su actuar en derribar una aeronave no podría ser considerado como «un hecho de combate». Finalmente, la corte determinó, tras recoger testimonios de testigos e imágenes satelitales, que equipos Buk fueron ingresados (y luego retirados) de territorio ucraniano; esto representaría un intento por parte de los culpables de intentar cubrir su accionar.
Los responsables
Como fue mencionado anteriormente, los determinados como culpables son tres: dos de nacionalidad rusa y uno, ucraniana. Los nombres de estos son Igor Ginkin, un ex-agente del Servicio Federal de Seguridad de Rusia, Sergey Dubinksiy y Leonid Karchenko, un separatista pro-ruso del Este de Ucrania. Los tres sujetos fueron hallados responsables de movilizar y gestionar los equipos Buk que, finalmente, derribaron el vuelo MH17. Si bien, es difícil definir al responsable material exacto de los hechos, se puede determinar la responsabilidad logística de estos tres sujetos.
Esto último, sumado a la conclusión que el uso de estos equipos no puede ser sin premeditación, bastó para encontrarlos culpables. Un cuarto sospechoso de nacionalidad rusa, Oleg Pulatov, fue absuelto de los cargos ya que su responsabilidad no pudo ser determinada. Los tres culpables deberán entregar una suma de 60 millones de euros a las familias de las víctimas, más de la mitad de nacionalidad Neerlandesa.
Juicio in absentia
Desafortunadamente, la prensa neerlandesa no ha dejado de hacer hincapié en que es improbable que los tres culpables alguna vez lleguen a cumplir condena. Los tres sujetos, desde el inicio del juicio, se hicieron notorios al boicotear activamente el juicio. Esto llevó a que sean juzgados, y sentenciados, in absentia. Por ende, estos tres sujetos se encuentran como fugitivos de la justicia neerlandesa, y tienen ordenes de captura internacionales desde hace ya algunos años.
Sin embargo, a pesar de esta difícil situación, la justicia neerlandesa, e internacional, no mira con malos ojos esta sentencia. Esto dado que sentará un precedente judicial por crímenes cometidos en el contexto de conflicto Ruso-Ucraniano, logrando destrabar e impactar múltiples juicios contra la Federación Rusa. Esto incluye uno en la Corte Internacional de Justicia, el órgano máximo de justicia del sistema de las Naciones Unidas.