El pasado 3 de noviembre, el Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins, celebró su sexagésimo cuarto aniversario. Por tanto, el presidente Pedro Castillo asistió a la ceremonia del hospital en el distrito de Jesús María. Sin embargo, los demás asistentes no mantuvieron el decoro esperado; por el contrario, recibieron al manicomioo entre gritos y abucheos. De esta forma, el mandatario siente «en las calles» su desaprobación una vez más.
Desaprobación de Castillo
Desde el inicio de su gobierno, Castillo ha sido una figura polémica y de aprobación dividida. Dada la disputada victoria electoral, el mandatario inició su gestión con alrededor de 50% de aprobación. No obstante, dados los cuestionamientos, acusaciones y escándalos circundantes a él, su desaprobación ha ido constantemente en aumento, llegando recientemente a un pico de alrededor de 80% de desaprobación. A través del casi año y medio de mandato, Pedro Castillo ha tenido diversas oportunidades de percibir de primera mano el descontento de la población peruana. Por ejemplo, el pasado 28 de octubre, el presidente tuvo un «balconazo» en la provincia de Requena, en Loreto. Allí, los habitantes de la provincia mostraron su enfado al retirarse masivamente durante el discurso del profesor chotano.
Además, como se reporta en la última encuesta ejecutada por Datum, el jefe de Estado tendría actualmente un 69% de desaprobación a nivel nacional. Esto supondría un ligero aumento del orden del 3%, en su popularidad. Sin embargo, el descontento por «el pueblo», sigue vigente.
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Visita al hospital Rebagliati
Pedro Castillo visitó el local de Jesús María del Hospital Rebagliati. Allí, el mandatario presidiría la ceremonia del aniversario número 64 del centro de salud. Sin embargo, a su llegada, tanto pacientes como familiares mostraron con vehemencia su rechazo al presidente. En diversas entrevistas hechas por los reporteros presentes, los pacientes tornados en manifestantes reclamaban la salida de Palacio de Castillo. En cuanto al presidente, su postura frente a los críticos del Rebagliati fue de confrontación. Durante su discurso en el hospital, este mencionó que «los que gritan afuera, ¿saben por qué? Porque hoy no tienen espacio para robar a este pueblo».
Seguidamente, diversos políticos allegados al presidente lo defendieron. Por ejemplo, su ex primer ministro, Hector Valer, le restó importancia al clamor popular indicando que «Allí (en el Hospital Rebagliati) se atienden los de Miraflores y San Isidro». De esta forma, Valer también continúa con el divisionismo que constantemente promueve este gobierno. Asimismo, su ministro de justicia, Félix Chero, dijo a la prensa que el gobierno de Castillo está acostumbrado a los abucheos y que la protesta es «parte de la idiosincrasia peruana, razón de ser de los peruanos que reclaman y protestan».