Las protestas en Irán contra la represión han desencadenado una revolución a nivel nacional. Desde la muerte de la joven de 22 años, el 16 de septiembre, tras ser detenida por la policía de la moral en Teherán por violar supuestamente el severo código de vestimenta de las mujeres del país, decenas de personas, en su mayoría manifestantes, pero también miembros de las fuerzas de seguridad, han sido asesinadas en los disturbios. Las protestas han escalado considerablemente, siendo ya considerada por expertos como una revolución contra el gobierno teocrático del ayatolá Alí Jamenei.
Las manifestaciones son consideradas una gran amenaza para el gobierno teocrático, que ha respondido con fuerza debido a la extensión del pensamiento como nunca antes a las nuevas generaciones, especialmente mujeres y niñas iraníes.
Las redes sociales se han plagado de videos que muestran principalmente mujeres rompiendo y quemando fotos del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei.
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¿Regreso del Estado Islámico?
Debido a las fuertes protestas y revueltas de la población iraní, se ha creado un fuerte resentimiento contra el gobierno teocrático del país, desencadenando el caos a lo largo y ancho de este.
Estos acontecimientos han dado el campo perfecto para una nueva entrada del Daesh a la escena iraní e internacional, protagonizando un sangriento y fuerte atentado en el santuario chiita más grande al sur del país.
El ataque fue perpetrado por un individuo durante la plegaria vespertina en el mausoleo de Shah Cheragh, en la ciudad de Shiraz. El Estado Islámico ratificó el atentado y dio un balance de víctimas mayor al oficial emitido por la policía iraní. El actual estado del gobierno y la policía iraní está dando lugar a una reinserción de organizaciones terroristas, lo cual generaría aún más problemas para el ayatolá.
Tras este suceso, el miércoles, Raisi, presidente de Irán, amenazó con “una respuesta seria”, según un comunicado difundido por la presidencia. También se pronunció contra “los enemigos de Irán” que utilizan “la violencia y el terror” para intentar dividir las sólidas filas del país.
Cuarenta días después de la muerte de Mahsa Amini bajo custodia policial, el ataque al santuario se produjo mientras miles de personas le rendían homenaje.
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¿Habrá un cambio de régimen?
Funcionarios del gobierno iraní han expresado su preocupación por la represión, pero su línea roja es la supervivencia de la República Islámica.
Las autoridades quizás crean que pueden lidiar con esta situación, tal como lo han hecho en el pasado. El líder supremo ha dicho que algunos manifestantes pueden ser tratados con «medios culturales» o reeducación. Otros serían castigados con medidas judiciales o de seguridad.
Pero muchos de los manifestantes tienen menos de 25 años, una muestra de los profundos cambios sociales que están ocurriendo en Irán. En lugar de un cambio de régimen, puede haber cambios en el régimen. Muchas de las protestas en el pasado fueron apaciguadas por un fuerte represión por parte de las fuerzas de seguridad.
Como se ha visto en otras «oleadas» como el levantamiento en muchos países del Medio Oriente, que llegó a conocerse como la Primavera Árabe, que las protestas sin líderes de una generación joven pueden ser secuestradas por elementos más organizados, incluidos militares y movimientos islamistas. El futuro de esta protesta es aún muy incierto, pero el sentimiento revolucionario, sin embargo, persiste.