Aníbal Torres fue citado hoy al congreso para que aclare los cuestionamientos de sus declaraciones de la pasada semana en Palacio. Recordemos que Torres sostuvo un encuentro con dirigentes de bases sociales en la cual su participación fue incendiaria. No obstante, hoy, el premier trató de desdecirse alegando que sus palabras fueron mal interpretadas.
La reunión en Palacio
En la pasada reunión con dirigentes de bases sociales regionales, Torres tuvo una participación divisionista y con comentarios afrentosos en contra del Congreso, Fiscalía y la prensa. Mencionó que Lima y el Gobierno le ha pertenecido a «una determinada clase». También, que la prensa es propiedad de «ladrones que nos por robaron miles de millones». Seguidamente, tildó de golpista al Congreso por los pasados intentos de vacancia y a la Fiscalía de «incoherente y desquiciada».
Sin embargo, lo que más llamó la atención fueron sus palabras relacionadas al cierre del Congreso. Aníbal corroboró que el gobierno de Castillo cree que el cierre del congreso es «voluntad popular» y que no pueden actuar en contra de esta. Asimismo, invitó al «pueblo» a trasladarse hacia Lima para «movilizarse en defensa de sus derechos fundamentales».
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Aníbal Torres en el Congreso
Tomando en cuenta la reunión en Palacio, la participación de Torres en el Congreso aparenta ser un episodio amnésico o un descargo de medias verdades. Torres, con calmado semblante, indicó nunca invitar a los dirigentes a movilizarse en Lima. Dijo no haber invitado sino haber enunciado una interrogante indirecta en la cual preguntó cómo sería una movilización hacia Lima para manifestarse.
Seguidamente, mencionó no solicitar el cierre del Congreso. Por el contrario, comunicó que solo recogió las peticiones del «pueblo» quienes, dice Torres, piden siempre el cierre del Parlamento. Similarmente, usó el mismo argumento para defender lo dicho por él acerca de la asamblea constituyente.
Finalmente, intentó justificar su tesis alegando que sus comentarios no son diferentes que aquellos expresados por los congresistas de la oposición. Con esto, los catalogó una vez mas como incitadores de la violencia y golpistas.
Sus escuderos no callaron
Tras la participación de Aníbal Torres, no pudieron faltar los discursos de Alejandro Salas y de Felix Chero. Los ministros, demostraron su total aprecio y respaldo hacia Torres y Castillo. Ambos denunciaron que el Congreso esta amedrentando y obstruyendo al Ejecutivo. Sin embargo, mencionaron estar dispuestos a buscar un consenso entre ambos poderes. Considero innecesario hacer notar la innegable contradicción de sus mensajes.
Tal vez, el enunciado mas significativo de la participación de los escuderos del gobierno fue cuando Salas dice: «nosotros trabajamos con una mano y nos defendemos con otra mano». Sin embargo, en visita del desgobierno causado por Castillo y estos individuos, considero que la frase fue expresada erróneamente. En un escenario donde el presidente tiene seis carpetas fiscales, el premier azuza a la población y los funcionarios del ejecutivo y los familiares de estos nos defraudan rutinariamente; creo apropiado parafrasearla a «nosotros desgobernamos, mentimos, y somos corruptos con una mano, y atacamos y azuzamos con otra mano».
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El futuro de Aníbal Torres y el Gobierno
Tras lo sucedido el día de hoy, se podría esperar que algunos parlamentarios consideren la censura de Torres como el mejor camino. Teniendo en cuenta el récord que mantiene el premier, una censura no sería una decisión impopular. Sin embargo, es necesario considerar que esta haría al Congreso sumamente vulnerable.
El Congreso tiene la facultad de censurar al premier y, por ende, a su gabinete. No obstante, tras la censura de dos gabinetes, el presidente adquiere la facultad de cerrar al Congreso. Por tanto, la censura de Torres, dejaría al Congreso con una sola «bala de plata».
Castillo tiene seis carpetas fiscales, sus familiares y allegados están presos y acogidos a la colaboración eficaz, es probable que se le acuse constitucionalmente y que una moción de vacancia sea presentada en el futuro próximo. Por consiguiente, no es descabellado pensar que Aníbal Torres podría ser el último premier de este Gobierno. Consecuentemente, emplear la censura en su contra sería un despropósito que desestabilizaría la posición del Congreso.