El pleno del Congreso ha aprobado, recientemente, una ley que propone reducir el IGV (Impuesto General a las Ventas) de 18% a 8%. Esta reducción se dará, temporalmente, a determinados establecimientos de los sectores restaurantes, hoteles y servicios de alimentos. El objetivo principal es reactivar la economía de estos colectivos, ya que, producto de las restricciones de la pandemia, se encuentran en un fuerte estancamiento.
Efectos de reducir el IGV
El proyecto de ley que plantea reducir el IGV para establecimientos como restaurantes y hoteles que cuenten con ingresos anuales de hasta 7.8 millones de soles puede incentivar la evasión de impuestos. La evasión tributaria se podría realizar mediante una subdeclaración de ingresos y una división ficticia de empresas.
- Subdeclarar impuestos: los contribuyentes, al declarar sus ingresos brutos, no declaran la cantidad real; de esta manera, eluden pagar la cifra tributaria correspondiente.
- División ficticia de empresas: la división de actividades económicas entre varias personas intenta reducir los impuestos.
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La intención de este proyecto de ley es reactivar la economía; sin embargo, algunos expertos comentan que sería un efecto boomerang, debido a que el impacto sería negativo.
El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), a través de su cuenta oficial de Twitter, mostró su rechazo a este proyecto de ley. Menciona que la reducción del IGV distorsiona su aplicación e incentiva el enanismo empresarial y la informalidad. Asimismo, la SUNAT alude que la mayoría de los restaurantes y hoteles están registrados en el RUS; el cual no está afecto a pagos de IGV.
Esta ley fomentaría el enanismo empresarial; es decir, los recursos de las empresas no se asignarían eficientemente. Esto conllevaría a subdividirse para reportar ventas en cada una de ellas. De ese modo, los impuestos a pagar serían menores. Esto se debe a que este proyecto esta dirigido a mypes, por lo cual las empresas utilizarán maniobras para poder gozar de estos beneficios.
El jefe del Instituto Peruano de Economía (IPE) indicó que las empresas tratarán de subdeclarar sus ingresos para no exceder las 1700 UIT anuales. Por ello, afirma que esta reducción del IGV genera distorsiones producto de evitar superar el umbral que permite a las empresas obtener beneficios. De esta manera, las empresas tendrán un incentivo para subdeclarar sus ingresos o subdividir sus actividades.
Por otro lado, se ha observado que no hay una especificación clara con respecto al crédito fiscal. Existe una diferencia entre el IGV de compra (18%) y el IGV de ventas (8%), lo cual produce un perjuicio financiero, debido que, al comprar, se paga un IGV que no se recupera al vender.
Entonces, la tasa de IGV de compras debe ser igual al IGV de ventas. En ese sentido, habrá una diferencia del 10% que la empresa no va a asumir. Así, cabe la posibilidad de que se incrementen los precios generando una retracción del consumo.