Los Playoffs de la NBA están en su momento más decisivo. Jugados los dos primeros juegos de ambas series de las finales de conferencia, podemos tener una idea de la propuesta de cada uno de los equipos y de lo que podrían hacer para llegar a gran final. Por ahora, en el Oeste ya tenemos un favorito, mientras que en el Este aún existe mucha incertidumbre al respecto.
La dinastía en los Playoffs
La ilusión de los fanáticos de Dallas Mavericks y Luka Doncic aumentó tras la humillante eliminación que le otorgaron a los Phoenix Suns. Sin embargo, ahora se están enfrentando a una franquicia con mucho más recorrido y se ha demostrado en los primeros 2 juegos.
Los Warriors demostraron toda su experiencia, anulando a Luka Doncic en el Game 1 y remontando una diferencia de 20 puntos en el segundo partido. Las razones de sus dos victorias se deben al sistema defensivo que ofrecieron los de la Bahía. En el primer juego de la serie, GSW priorizó atacar al esloveno en todas las ofensivas, obligándolo a realizar un esfuerzo extra en defensa que, posteriormente, lo dejó sin energías a la hora de atacar. Andrew Wiggins, utilizó esto para hacerle la vida imposible en ambos lados de la cancha, aprovechando su superioridad física. Ante esta estrategia, todo recaía en las manos de los jugadores de rol de Dallas, quienes no estuvieron a la altura en el Game 1.
Para el segundo partido, Kidd hizo un replanteo interesante, pero que no duraría mucho. Evitarían los cambios de marca a toda costa, evitando que Doncic quede en situaciones de 1vs1. Lamentablemente para los Mavs, esto solo duraría 2 cuartos. En la segunda mitad, viendo que su estrategia defensiva se estaba derrumbando, Golden State sacaría a relucir su arsenal ofensivo. Stephen Curry, Klay Thompson y Jordan Poole, destruirían la defensa texana. No obstante, el factor X de la victoria sería Looney, quien realizaría su primer partido de más de 20 puntos y aprovecharía los espacios que dejaban los exteriores para hacer suya la zona rival.
Tras estos dos partidos, la serie de mudará a Dallas, donde los locales están obligados a ganar para mantener viva las chances de una final de conferencia.
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Dos palizas, diferentes verdugos
Todos pensamos que la serie entre Boston y Miami sería la más pareja de los Playoffs y, si bien es cierto que hay igualdad en partidos ganados, no fue del todo cierto. Ambos encuentros terminaron con amplia diferencia para el ganador, decepcionando a más de uno, pero mostrándonos el potencial de ambas franquicias.
El juego 1, se vio perjudicado por las ausencias. Boston se despertó con la noticia que Al Horford había dado positivo a COVID y con la lesión de Marcus Smart. Era el momento para Miami de sacar ventaja y no lo desaprovechó. A pesar que inicio con cierta paridad en el marcador, solo bastó un cuarto para despuntarse. El 3er cuarto, terminaría con una ventaja de 39-14 para los Heat, con un Jimmy Butler inspirado que anotaría 17 puntos en ese periodo. Madrugando a los Celtics, los dirigidos por Spoelstra empezaron a robar balones; Boston estaba generando pérdidas continuamente. Estos errores lo llevarían a perder aparatosamente el partido.
A pesar de la derrota, para el segundo partido lograron recuperarse en todo aspecto. Al Horford y Marcus Smart volvieron al equipo tras su ausencia en el Game 1. Estos regresos marcaron la diferencia tanto en el juego hasta en lo anímico. Nuevamente tendríamos 2 cuartos con igualdad absoluta y otra vez el 3er cuarto sería decisivo. Jimmy Butler empezaría a encenderse en este periodo, pero Smart respondería con una cantidad de triples impensable. Miami no podía encontrar otra opción en ofensiva que no sea el “22”, todos se encontraban erráticos. A diferencia de Boston, quienes demostraron que son una de las mejores plantillas de la liga; hasta 6 jugadores anotaron más de 10 puntos.
Esta victoria en Miami fue importantísima para Boston. Los Celtics regresan al TD Garden donde, si ganan sus partidos de local, se quedarán a una victoria de alcanzar las grandes finales. Heat por otra parte, debe recuperar el ritmo que tuvo durante todos los Playoffs, porque están obligados a ganar al menos un juego de visitante para mantenerse con vida.