El Fondo Monetario Internacional (FMI), anunció que la proyección del crecimiento mundial para el 2022 y 2023 no será el mismo que estimó a comienzos del presente. El organismo internacional ha responsabilizado de este notorio descenso para la economía mundial a la guerra en Ucrania.
Así de crudo lo anunció el portavoz del FMI, Pierre-Oliver Gourinchas durante la rueda de prensa por motivo de la Asamblea Conjunta anual de primavera del FMI; que se realiza en Washington, EE.UU. El economista anunció que el crecimiento global estimado para el FMI será de 3.6% y no del 4.4%; antes de iniciarse la guerra por la zona del Donbás.
Pronunciamiento del FMI
Según Gourinchas, este desplome económico se produce a consecuencia del inicio de la guerra en Ucrania; cuando las economías mundiales venían recuperándose de la crisis dejada por la pandemia covid-19; a pesar que el crecimiento del PBI mundial llegó hasta 6,1% en 2021, tras la ruina económica de 2020.
El organismo internacional también sostuvo que el incremento en el coste del gas, los alimentos y la electricidad; ya se viene produciendo en varias naciones del mundo. Ante las consecuencias de un nuevo desplome económico, el portavoz del FMI exhortó a que todas las entidades financieras tomen acciones “enérgicas” en caso la inflación en sus respectivos países siga en escala en los próximos seis meses del 2022.
Para el FMI y el Banco Mundial es ya un hecho la caída del 35% del PBI en Ucrania en el presente año por causa de la guerra; mientras que para la economía rusa se prevé un revés económico del 8,5%, a consecuencia de los aislamientos y las sanciones internacionales aplicadas tras la invasión a Ucrania frente al crecimiento estimado de tres puntos del presente año.
En el caso de las economías europeas, la baja sería de 1.1 puntos porcentuales para lo que resta en 2022. En ese sentido, se prevé que la economía de la Unión Europea llegue a crecer hasta un 2,8%, frente al 3,9% estimado a inicios del año, debido a que los motores de esta, Alemania e Italia se verán afectadas tras su dependencia de energía que les provee Rusia.
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Proyecciones para Latinoamérica
No menos peor, es la estimación del FMI para América Latina, donde se asume que mantendría un crecimiento del 2.5% tanto para el 2022 y 2023. No obstante, eso no significa una tranquilidad para la región, a pesar que la inflación no deje de seguir en escala en varios países de la región. Sobre todo, en los países latinos que aún siguen marcando rojos fiscales importantes a consecuencia de los incentivos que repartieron durante la pandemia del coronavirus.
En consecuencia, el FMI ya ha lanzado una advertencia preocupante en lo que refiere a la futura salud fiscal en varios países latinoamericanos, la cual se agravaría aún más si sus Gobiernos insisten en recurrir a los subsidios u otras formas de apoyo a los hogares o empresas si es que la inflación sigue incrementándose; y no se toman medidas con sensatez, lo cual elevaría más el endeudamiento externo.
Como el caso de Argentina, donde el presidente Alberto Fernández acaba de anunciar el lanzamiento de nuevo bonos extraordinarios para la población de bajos ingresos, las cuales se financiarían con la subida de impuestos a las grandes empresas que hayan tenido mejores ganancias, lo cual el FMI ve con bastante preocupación y que muchos otros países pueden seguir de manera errónea, generando un fuerte golpe que repercutiría en toda la región.