Los derrames de petróleo generan irreparables daños en el ambiente. Además de la flora y la fauna, los ciudadanos residentes en las zonas afectadas sufren las consecuencias del desastre. Como resultado del derrame, los pueblos indígenas y otros pobladores ven gravemente comprometida su salud. Las empresas petroleras registran malas prácticas en cuánto a la limpieza del crudo, involucrando directamente a lugareños. La muerte y la intoxicación aparecieron tras asumir grandes responsabilidades ajenas. ¿Qué suerte correrá la población esta vez? Diario El Gobierno brinda detalles sobre el historial de los problemas sociales inmediatos tras los derrames.
Afectación humanitaria: limpieza y abuso
Tras el derrame del sábado pasado, miles de pescadores perdieron su principal fuente de trabajo. Aún así, la multinacional no se ha pronunciado directamente sobre las acciones que tomará en relación al impacto socioeconómico de lo ocurrido. Pese a haber negado una responsabilidad directa, según la premier Mirtha Vásquez, la empresa entregará canastas de víveres a los habitantes de la zona a modo de compensación. El Gobierno estimó que limpiar el litoral le tomará a Repsol aproximadamente cuatro semanas a ritmo eficiente. Un grupo de trabajadores de la empresa se encuentran limpiando con palas y recogedores de uso diario. Hace falta inversión en control de daños.
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«Esto nos lleva a que desembarcaderos como el de Ancón estén cerrando y va a generar más hambre del que ya tenemos»
Advierte Alejandro Bravo, secretario general de la Federación de Integración y Unificación de los Pescadores
Años atrás, en 2014, la comunidad amazónica de Cuninico fue víctima de un derrame en manos de la empresa nacional PetroPerú. Esto a causa del daño que sufrió una parte del oleoducto norperuano, la cual estaba bajo administración del estado. Ante la magnitud del caso, la empresa decidió contratar a locales informalmente para limpiar el petróleo derramado por un pago de 80 soles. El apu de Cuninico, Watson Trujillo, señaló que después de ser captados para la tarea, los pobladores sufrieron de males como el cáncer de piel. La premura en la gestión de reparación impidió que se establezca la capacitación y el equipamiento correspondiente. Esta situación responde a una clara falta de protocolos.
Contrataciones irregulares y un presente poco prometedor
En el mismo año, empresas tercerizadas contratadas por Petroperú le pagaron a niños para realizar la riesgosa operación de limpieza. La SUNAFIL (Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral) advirtió lo ocurrido en 2017. No obstante, posteriormente, la empresa cambia de razón social para volver a ser contratada por la petrolera. Por su parte, Repsol ha comunicado a la opinión pública que decidió reclutar gente de la zona para continuar con la limpieza, por lo que un escenario similar no queda descartado. La precariedad de la escena no genera seguridad para los trabajadores. La exposición al petróleo perjudica no solo a los pescadores, sino a quiénes están en contacto improvisado con él.
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