El mandatario de Brasil ingresó a un hospital en la madrugada por obstrucción intestinal. Según el hospital Vila Nova Star de São Paulo, Jair Bolsonaro sufrió una suboclusión intestinal, aunque ya se encuentra estable. Seguido de un año de caídas como lo fue el 2021, parece que el presidente no se libra de su mal presagio con este nuevo malestar de salud.
La noticia se filtró a través de un comunicado del hospital, en el que se confirmó la condición «estable» de Bolsonaro. El presidente, por su parte, publicó un tweet, en el que indicó que el malestar comenzó «después del almuerzo del domingo» y su llegada al hospital en la madrugada del lunes. Afortunadamente, se ha confirmado que no será operado debido a la obstrucción.
«Me colocaron una sonda nasogástrica. Se harán más exámenes para una posible cirugía de obstrucción interna en la región abdominal».
Jair Bolsonaro, presidente de Brasil
Desde su apuñalamiento en la campaña presidencial del 2018, no es novedad ver al brasileño en centros de salud. En julio de 2021 ya había sido hospitalizado, y también se le halló una obstrucción intestinal. Igualmente, en enero de 2019 se le extirpó una colostomía con bolsa insertada tras el apuñalamiento.
El incidente ocurrió mientras el mandatario conservador se encontraba de vacaciones en el estado de Santa Catarina junto a su familia. Unas vacaciones que fueron sumamente criticadas por la oposición, debido a que sucedieron en plenas lluvias e inundaciones en el estado de Bahía. En ese contexto, fue en el que Bolsonaro comenzó el 2022, un comienzo que parece ser una prolongación del complicado 2021 para su gobierno.
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2021: El «annus horriblis» de Jair Bolsonaro
La situación política del presidente brasileño no es positiva. El año pasado anunció sus deseos de ser reelecto como jefe de Estado. Sin embargo, diversas encuestas de opinión predicen el triunfo de su rival izquierdista, Luiz Inácio Lula da Silva. Por ejemplo, en noviembre Vox Populi ya anunciaba la diferencia significativa entre ambos líderes, ubicando a Lula da Silva como favorito con 44 % de votos, y a Jair Bolsonaro segundo con el 21 % de los mismos. Pese a que las elecciones aún son en octubre, las encuestas de opinión demuestran que la aprobación del gobierno no es la más óptima.
Dicha desaprobación se debe a diversos factores, entre ellos el manejo de la pandemia. Por un lado, Brasil tiene el número de contagios más alto en la región según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con más de 22 millones. A ello se le suma la cifra de fallecidos, la cual es de más de 619 mil. Sin embargo, el impacto más negativo se debe a la imagen de Bolsonaro respecto a la pandemia. Desde el principio, desestimó al virus, tomándolo como una «pequeña gripe». Además, el mandatario es un férreo opositor de las vacunas, pronunciándose en su contra y negando tanto su vacunación como la de su hija.
En el ámbito sanitario también ha divulgado fake news. Una de ellas, al afirmar que las personas vacunadas tienen un mayor riesgo de contraer sida durante un directo en octubre del año pasado. Dicha información fue desmentida por la OMS, desvinculando la disminución del funcionamiento del sistema inmune con la inoculación contra el covid-19. Junto a otras noticias falsas como la difamación contra las urnas electrónicas en 2021, han conllevado a que el mandatario sea investigado por la Corte Suprema de Brasil por el uso de «fake news».
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Una caída económica y política
Jair Bolsonaro tampoco ha tenido un buen manejo económico del país. En el tercer trimestre del año, el PBI de Brasil descendió un 0.1 %. Aún así, el mayor problema es la inflación. Desde el segundo semestre de 2021, el nivel inflacionario registrado por mes ha ido casi en aumento constante, registrando una variación de 0.84 % en el Indíce de Precios al Consumidor (INPC) hasta noviembre del año pasado. Actualmente, Brasil tiene una tasa inflacionaria de 10.74 %, la tercera más alta del mundo.
En el aspecto político, su rechazo aumenta conforme pasan los días. Aparte de las «fake news», el mandatario tiene más de 9 acusaciones, entre las que se ubican crímenes contra la humanidad, infracción de medidas sanitarias, incitación al delito, entre otros. Además, otra investigación se debe a la posible interferencia en investigaciones de la Policía Federal relacionadas con sus familiares y la prevaricación en la compra fraudulenta de la vacuna india Coxavin.
Todo esto, posiciona al presidente en una situación sumamente compleja con miras a las elecciones. Además de las 140 peticiones de impeachment contra el mandatario como muestra de rechazo del Congreso, la desaprobación del mandatario fue del 55 % para fines del año pasado. Definitivamente, 2021 fue el «annus horriblis» de Jair Bolsonaro, quien deberá afrontar las problemáticas económicas, políticas y sanitarias si piensa volver a ocupar el cargo presidencial en 2023.