Tras una guerra civil, insurgencia islámica, tensiones políticas y un golpe de Estado, la Unión Europa (UE) teme por la estabilidad del Cuerno de África. Con los países de Etiopía, Sudán y Somalia viviendo en tiempos tan inestables, se cree que una crisis humanitaria se podría desarrollar en la región. Con más de 200 millones de personas viviendo en esos países, esta sería una crisis con dimensiones históricas.
Etiopía y Somalia han atravesado desplazamientos de más de dos millones de personas en los interiores de su país debido a los conflictos armados. En el primer estado también hay más de nueve millones de personas en riesgos humanitarios y de hambruna, mientras que Sudán tiene más de seis millones en las mismas condiciones.
Conflictos y tensiones
Desde noviembre de 2020, el Gobierno etíope ha estado en guerra civil con la provincia de Tigray, hogar de varios grupos étnicos. El conflicto empezó después de que las Fuerzas Armadas de la provincia supuestamente atacaran bases militares. Desde entonces la brutal guerra ha causado una crisis humanitaria en Tigray con más de 9 millones de personas en riesgo humanitario. Asesinatos en masa y violaciones se han vuelto comunes en el conflicto.
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En Sudán, el 25 de octubre el Ejército lanzó un golpe de Estado contra el Gobierno civil que causó protestas masivas por todo el país. Como resultado el primer ministro tecnocrático civil, Abdalla Hamdok, se mantuvo en el poder, pero se tuvo que llegar a un acuerdo con las Fuerzas Armadas. El acuerdo establece que en el gabinete ministerial solo pueden participar tecnócratas independientes, prohibiendo políticos de alguno de los partidos del país.
El acuerdo entre el Ejército y el primer ministro fue recibido hostilmente por la población, generando deslegitimidad a Hamdok por aceptar la influencia de las Fuerzas Armadas en el Gobierno. Cabe mencionar que 43 personas murieron durante las protestas en contra del golpe, lo cual redujo aún más el respaldo al Gobierno.
Insurgencia y división política en Somalia
En Somalia, el Gobierno se encuentra dividido desde abril, cuando el presidente anunció unilateralmente suspender las elecciones hasta el 2023. Esto causó varias críticas, incluso de los aliados del presidente Mohamed Abdullahi, especialmente de su primer ministro Mohamed Hussein Roble. Ello condujo a que tropas rivales del ejército leales al presidente y al primer ministro, intercambiaran disparos en la misma capital de Mogadiscio.
Pese a que los dos llegaron a un acuerdo para tener elecciones regionales, parlamentarias y eventualmente federales, las tensiones continuaron altas. Este mes, la situación se volvió a deteriorar cuando el primer ministro fue suspendido por cargos de corrupción. Sin embargo, este último acusó a Abdullahi de lanzar un golpe de Estado, causando que, este martes, tropas rivales vuelvan a ocupar partes de la capital con soldados leales a Hussein Roble.
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Con estas grandes divisiones en el Gobierno, el país carece de una autoridad legítima y la atención de los políticos se centra en la capital. Viendo esta oportunidad, Al-Shabaab, una rama de Al Qaeda, reanudó su campaña de insurgencia contra el Gobierno, al cual lleva combatiendo por una década. Ahlu Sunna Waljama’a, una organización política y paramilitar y hace poco aliada del Gobierno, también ha empezado una campaña de insurgencia contra las fuerzas estatales. Este conflicto, aunque de poca intensidad, ha ocasionado el desplazamiento de más 100,000 personas desde octubre de este año.
Crisis humanitaria
La Unión Europea ha advertido de la devastadora crisis humanitaria que la guerra en Tigray ha causado y teme que el conflicto desestabilice toda la frágil región. La UE informa que esta crisis podría causar gigantes movimientos migratorios en una región con más de 200 millones de personas. Informes de Bruselas revelan que ya hay 2.9 millones de personas desplazadas en Somalia y más de dos millones en Etiopía.
En la región también se han reportado devastadoras sequías y hambrunas junto con la brutal violencia traída por los conflictos armados. En la provincia de Tigray, especialmente devastada por todo esto, hay 9.4 millones de personas amenazadas por la hambruna y en necesidad de ayudar humanitaria. Darfur, una provincia en Sudán, ha visto un brutal conflicto étnico por los últimos 18 años y ahora tiene 6.2 millones de personas en necesidad de ayuda humanitaria.
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La UE teme que los movimientos migratorios y la violencia puedan derramarse a los países vecinos que ya viven situaciones frágiles. Si sucede lo peor, el informe de la UE predice que eso generará una crisis humanitaria y éxodo migratorio no visto desde la caída de Yugoslavia. Yugoslavia solo tenía una población de 26 millones que no se compara con la población de 112 millones solamente en Etiopía.
Mientras Estados Unidos ha declarado sanciones contra ciertos actores en la guerra en Tigray, la Unión Europea ha fallado en tomar alguna acción decisiva. La organización ha dado millones en asistencia humanitaria en la región y ha establecido un puente aéreo de alimento hacia Tigray. Sin embargo, llevar el alimento a las zonas alejadas y más necesitadas ha probado ser una gran dificultad.