La nueva variante del COVID-19, Ómicron, está causando nuevas olas de contagio en Norteamérica y Europa. Ahora, es solo cuestión de tiempo para que incrementen los casos del virus en el resto del mundo. La variante detectada por primera vez en Sudáfrica ha llegado a 106 países hasta la fecha. Sin embargo, la situación no es nueva, el mundo ya ha visto una nueva variante que rompa récords de infecciones con la cepa Delta. Aunque esta vez se espera que la inmunidad de las vacunas y pasadas infecciones ayudan a aliviar el golpe.
Ante esta situación, tres nuevos estudios sobre la nueva variante han revelado que Ómicron es posiblemente menos severa que Delta. Esto se alinea con la esperanza de que la nueva variante no arruine las celebraciones de Navidad y Año Nuevo. No obstante, expertos dicen que esto no afectaría mucho a la duración ni el impacto total de la pandemia.
Estudios sobre Ómicron
Los investigadores del Imperial College London realizaron el primer estudio. La investigación revisó data de infecciones de la nueva variante en Inglaterra. El papel de investigación descubrió que las personas infectadas con la variante son 15%-20% menos probables de buscar ayuda de un hospital. Adicionalmente, estos son 40%-45% menos probables de ser hospitalizados, y, si lo son, pasan menos tiempo en el hospital que pacientes con la variante Delta.
La nueva variante resultó en casos menos severos, ya que es más probable que los casos sean de reinfección (porque Ómicron puede evitar parte de las defensas naturales por una infección previa). Las personas sin inmunidad por vacuna o infección previa son solo 11% menos probables de ser hospitalizados. Mientras que con infección previa tienen entre 55%-70% menos probabilidades de ser requerir asistencia médica en hospitales.
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Un segundo estudio fue realizado por la Universidad de Edimburgo en Escocia, uno de los primeros países en ver una nueva ola de Ómicron. El análisis examinó a un grupo de personas con infecciones de COVID-19 confirmadas y encontró que las personas contagiadas con la variante Ómicron tienen una reducción de dos tercios en el riesgo de hospitalización por COVID-19 en comparación con personas con la variante Delta. Para ello, se consideraron diferentes características personales, como vacunación e historia médica.
El tercero fue realizado en el país de origen de la variante, Sudáfrica. Después de ajustar sus cálculos a factores que causan infecciones más severas como edad y enfermedades crónicas, reducciones en el riesgo también fueron observados. Los investigadores encontraron que los casos de Ómicron resultan en 80% menos probabilidades de hospitalización.
Riesgos de la nueva variante
Aunque los estudios todavía no son muy contundentes, los tres apuntan a que la nueva variante es menos severa. Sin embargo, varios expertos advierten del peligro de la nueva variante, sosteniendo que todavía es muy peligrosa. Según ellos, la nueva variante es más contagiosa que anteriores e investigaciones ya han revelado que dos dosis de vacunas no son suficientes contra Ómicron.
Mark Woolhouse, coautor del estudio de la Universidad de Edimburgo, advirtió que todavía hay peligro por delante. Mientras que el profesor de la universidad admitió que los resultados son prometedores y que la severidad de la infección es solo una parte del problema. Él advirtió que si las infecciones son muy altas, la menor severidad no importaría.
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«La forma simple de ver eso, según nuestros datos en Escocia, es que una infección por Ómicron es aproximadamente un tercio de lo grave o probable que lo lleve al hospital como una infección Delta. Pero si hay tres veces más casos, volvemos al punto de partida.»
Mark Woolhouse, profesor de la Universidad de Edimburgo
Profesor Neil Ferguson, coautor del estudio del Imperial College, también dio un mensaje similar. Su investigación también apuntó a que dos dosis de la vacuna no son suficientes contra Ómicron. Además, sostuvo que con la alta transmisibilidad de la nueva variante, los servicios médicos pueden ser abrumados. Esto podría recrear los colapsos de sistemas de salud vistos al inicio de la pandemia, cuando había más casos que capacidad en los hospitales.