El pasado domingo 21 de noviembre, cerca de 15 millones de chilenos acudieron a las urnas para elegir a un nuevo presidente, una nueva cámara de diputados, senadores y consejeros regionales, para el período 2022-2026. Luego de dos años de agitaciones sociales en Chile, la participación ciudadana en estos comicios ha sido muy numerosa; a pesar de que las encuestas no daban a ninguno de los siete candidatos como favorito para reemplazar en marzo de 2022 al presidente Sebastián Piñera.
Teniendo como precendente los resultados electorales en la Convencional Constituyente que tuvo lugar en mayo pasado, muchos analistas políticos pensaron que los chilenos volverían a castigar con la indiferencia de su voto a su clase política tradicional, hecho que no ocurrió como se esperaba. Al cierre de la votación, los primeros resultados a boca de urna, indicaban que ningún candidato había obtenido más del 50% de los votos; por lo que habrá balotaje el próximo 19 de diciembre. Al finalizar la jornada y con el 99.98% de las mesas escrutadas, la Oficina de Servicio Electoral de Chile, anunciaba el pase a segunda vuelta del ultraderechista José Antonio Kast del partido Republicano con el 27.91%; y el socialista de izquierda Gabriel Boric del partido Convergencia Social con el 25.83% de los votos.
José Antonio Kast es un abogado millonario de 55 años y patriarca de una numerosa familia, ha defendido las políticas del gobierno brasilero de Jair Bolsonaro y también ha mostrado su símpatía con el gobierno de facto de Augusto Pinochet. Mientras que Gabriel Boric, es un exlíder sindical estudiantil de 35 años y con un plan de gobierno de defensa ambientalista con la intervención del estado para llevarlo a cabo. De llegar a ganar la segunda vuelta, Boric se convertiría en el presidente más joven en la historia del país.
Mediante vía Twitter, el presidente Sebastián Piñera, saludó el triunfo de ambos candidatos y los ha exhortado a no caer en la confrontación y mantener un debate alturado que contribuya a discutir las mejores políticas que Chile necesita. Un mensaje muy oportuno despúes de las grandes manifestaciones sociales ocurridas hace dos años y que llevaron a una fuerte polarización en el país sudamericano.
En el plano político parlamentario, tanto en la Cámara de Diputados como el Senado chileno han sufrido cambios significativos en estas elecciones. Los partidos de derecha han retenido el 50% de escaños en el Senado, volviendo a ganar fuerza en la composición parlamentaria después del nefasto resultado para la Convencional Constituyente. En aquella ocasión, las fuerzas políticas independientes y de izquierda salieron vencedoras. Mientras que los resultados en la Cámara de Diputados son disparejos y ninguna fuerza política alcanza mayoría representativa.
En consencuencia, el próximo candidato que gane la segunda vuelta electoral, deberá poner en segundo plano su ideal de gobierno y ser capaz de tender puentes entre las fuerzas políticas opositoras para lograr consenso y estabilidad política. Asimismo, el próximo gobierno debe tener en cuenta la elaboración de la nueva constitución chilena, resultado de la voluntad popular de los chilenos y que será el próximo presidente quien la promulgue tras la aprobación del parlamento con la que se espera que Chile logre recuperar la paz social que tanto anhela.