En las últimas semanas, Europa se ha vuelto a convertir en el epicentro de la pandemia del coronavirus. El continente representa más de la mitad de las infecciones semanales y muertes globalmente. La región es la única en el mundo donde el número de infecciones y muertes ha subido en las ultimas semanas. Adicionalmente, varios países han reportado números récord de nuevos casos diarios, aunque las hospitalizaciones y muertes son menos que durante 2020.
El comienzo de esta cuarta ola llega justo en al inicio del invierno y la temporada de gripes en Europa. Mientras 65% de la población de Área Económica Europa está vacunada, el progreso se ha estancado y menos personas se están vacunando. Expertos culpan este aumento de casos a estos dos factores junto inmunidad menguante de las personas que se vacunaron primero y que los gobiernos se volvieron complacientes con las medidas puestas.
«Si hay alguna cosa que aprender de esto es de no quitar tu ojo de la pelota.»
Lawrence Young, Virólogo de Warwick Medical School
Aunque por toda Europa el progreso de los programas de vacunación se vuelve más lento, en el centro y este del continente los niveles de vacunación siguen muy bajos. Eslovaquia es el país de la Unión Europea con el menor porcentaje de vacunados con solo 41%. Países como Ucrania y Bielorrusia no superan el 25% de su población con dos dosis. Esto a echo que Ucrania y Rusia hayan roto récords de muertes e infecciones diarias en las últimas semanas
LEE TAMBIÉN: Dune: la película que juntaba a Salvador Dalí y a Orson Welles
LEE TAMBIÉN: MIDAGRI designa subvención económica para los agricultores como medida de urgencia
Nuevas restricciones en Europa
Con la situación deteriorándose por todo el continente los políticos dudan en imponer nuevas medidas por el riego de dañar la frágil recuperación económica. Además se han empezado debates sobre como continuar con la campaña de vacunación por los parlamentos de toda Europa.
En Europa occidental, los Países Bajos fueron los primeros en reintroducir medidas de cuarentena. Irlanda, con casi 90% de su población vacunada, impondrá políticas similares este viernes, las cuales incluyen el cierre de bares y restaurantes temprano, el uso mandatorio de mascarillas en lugares públicos y el trabajo a distancia cuando sea posible. Por su parte, el Gobierno belga está decidido en no imponer una nueva cuarentena por temor de la consecuencias económicas.
Además, en toda Europa el uso de pasaportes COVID-19 se está volviendo parte de la normalidad. Casi todos los países ahora piden una prueba de vacunación para entrar a bares, restaurantes u otros servicios. En Francia aunque se ha visto un aumento de casos, el Gobierno insiste en que la situación es mucho mejor que hace un año y que el pasaporte COVID-19 sería suficiente.
Sin embargo, el uso de este no es sin controversia. Muchos alegan que genera segregación entre vacunados y no vacunados, aunque otros responden que ese es el objetivo. Austria y Eslovaquia impusieron cuarentena para todos los que no estén vacunados o que no tengan pruebas que se recuperaron de COVID-19, no permitiéndoles el acceso a tiendas y restaurantes.
Austria ha ido más lejos he incluso impuso una cuarentena total para los que no estén vacunados, alegando que la policía podía revisar el estado de personas en las calles. También ha discutido la probabilidad de volver la vacunación obligatoria, con expertos diciendo que sería constitucional. Esto ha desatado grandes protestas afuera del parlamento austriaco en contra de la cuarentena.
La Pronunciación de la OMS
Hans Kluger, el presidente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Europa, se pronunció sobre el reciente aumento. Mencionó que se podría ver medio millón de muertos en Europa para febrero, culpando el bajo índice de vacunaciones recientes. Kluger también culpo la relajación de las medidas contra COVID-19 en Europa durante el verano.
«Debemos cambiar nuestras tácticas, de reaccionar a aumentos de COVID-19 a prevenir de que sucedan en el primer lugar.»
Hans Kluger, Presidente de la OMS Europa
Sus colegas también remarcaron que los casos en Europa habían aumentado un 55% en las últimas semanas a pesar de la gran cantidad de herramientas y vacunas al alcance. El doctor Mike Ryan dijo que la experiencia de Europa era un «disparo de advertencia para el mundo».