Muchos productos empiezan a escasear debido a los efectos de la falta de producción de semiconductores (microchips).
¿Qué son los Microchips?
Un microchip es un pequeño dispositivo con circuitos electrónicos integrados. Es utilizado en aparatos como móviles y computadoras, pero también en objetos cotidianos que han ido incorporando funciones digitales como los electrodomésticos, las tarjetas de crédito o automóviles. Actualmente, el 8 0% de la producción de chips de silicio se concentra en tan solo dos países: Corea del Sur y Taiwán. Sin embargo, estos mercados no dan abasto para abastecer la demanda mundial actual.
¿Por qué se originó la Crisis de los Microchips?
Tras la pandemia, el cese parcial o total de la producción fue uniforme, tanto para los fabricantes de componentes como para los integradores finales, afectando a toda la cadena. El teletrabajo, la progresiva reactivación económica y el cambio de hábitos de consumo incrementó la demanda de productos tecnológicos. Esta situación ha estresado fuertemente a la industria de semiconductores, la cual no tenía un tejido productivo suficientemente preparado para asumir este pico de consumo.
Una ola de casos de la variante Delta en Malasia, Vietnam y Filipinas está causando retrasos en la producción en las fábricas que cortan y empaquetan semiconductores, creando más cuellos de botella.
¿Por qué simplemente no se producen más chips?
Hay un enorme gasto en construir una fábrica de semiconductores y se necesitan meses para construir un chip. Actualmente, la demanda global supera a la oferta. Se estima que las ventas globales de chips van a crecer un 20 % este año y un 9 % el siguiente.
Se ha anunciado la creación de plantas de producción de microchips; sin embargo, estos productos entrarán en las cadenas de suministros en unos años más.
Beijing ha calificado la autosuficiencia de chips como una prioridad nacional y Washington ha prometido construir una cadena de suministro estadounidense segura, retomando la fabricación nacional.
Industria automotriz
El problema más evidente es en la industria automotriz, se reduce turnos y se paralizan las fábricas, afectando a la recuperación económica mundial.
La industria automotriz utiliza semiconductores en todo. Mientras más inteligente sea un auto, más chips utiliza. Estimaron vender menos durante la pandemia, pero cuando la economía se fue reactivando y la industria automotriz quiso reactivar sus pedidos de semiconductores, ya habían perdido su lugar de espera y ahora están en la cola. Los chips que dejaron de pedir ahora están en otros lugares.
Un vehículo moderno puede llegar a contener más de 1,400 chips semiconductores, que juegan un papel clave en funciones como el motor, la dirección asistida o el cierre y apertura sin llave de una puerta. Fabricantes como BMW o Mercedes-Benz han advertido que mantendrán sus precios altos incluso al superar la crisis.
Industria de teléfonos móviles
Los móviles son otros de los artefactos más utilizados en todo el mundo. Y ante la poca producción de chips, crece la preocupación de sus usuarios ya que cualquier dispositivo de última generación requiere de los semiconductores para su activación.
El gigante tecnológico Apple podría retrasar la producción de hasta 10 millones de unidades del recién estrenado iPhone 13 debido a la escasez de componentes para producirlos. En un primer momento, la compañía tenía proyectado producir 90 millones del nuevo modelo de móvil en los últimos meses del año. Sin embargo, los cuellos de botella en la producción y el desabastecimiento de sus proveedores dificultarán llegar al objetivo. Otros productos con el sello de la manzana, tales como iPads o Mac, también sufrirán los efectos de la crisis.
Samsung señala que sus ventas de pantallas para fabricantes de móviles también se han visto perjudicadas porque estos no pueden conseguir los chips que necesitan.
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Sector logístico
No solo los fabricantes automotrices de equipos informáticos, tecnológicos y de aparatos electrónicos se están viendo afectados. Al mismo tiempo, el impacto poco a poco se está trasladando a otros sectores, sobre todo el logístico.
Los actores logísticos afrontan un desafío doble, como usuarios o consumidores de bienes de equipo que necesitan de dichos componentes y como proveedores de un servicio esencial para clientes afectados por la misma circunstancia. El problema es que la falta de microchips repercute en muchos otros sectores como la automoción o la tecnología móvil, que no pueden seguir fabricando sus productos si no tienen chips.
Consecuencias de la crisis de los microchips para la economía global
El último informe elaborado por la consultora AlixPartners apunta a que los fabricantes de la industria de automóviles dejarán de ganar 210 mil millones de dólares en todo el mundo por la falta de chips. Es casi el doble de los 110 mil millones que la misma consultora había previsto en su anterior informe, elaborado en el mes de mayo. Los cálculos ahora son que se fabriquen 7,7 millones de automóviles menos que los que la industria había previsto para este año.
Los consumidores se verán afectados, pues los tiempos de espera para varios modelos de automóviles aumentarán. Además, habrá escasez de otros productos tecnológicos compuestos por chips. Los precios aumentarán.
Esta crisis de microchips, sumada con la crisis de los contenedores, la crisis de Evergrande y la crisis energética retrasan la recuperación de la economía global.