Ya son 20 años desde que Estados Unidos sufrió la tragedia más recordada en la historia mundial. Aquel 11 de setiembre de 2001, cuatro aviones secuestrados por miembros de Al Qaeda atentaron contra el World Trade Center. Tras el fatídico día se registró la muerte de 2.996 personas.
Estos ataques terroristas fueron un acto de guerra contra los Estados Unidos, más conocido como 9/11. En una reunión del 12 de septiembre, el Presidente Bush señaló ante su Equipo de Seguridad Nacional que los actos contra su país son terroristas.
«Los ataques deliberados y mortales que fueron llevados a cabo contra nuestro país ayer fueron más que actos de terrorismo. Fueron actos de guerra. Esto requerirá que nuestro país se una en una determinación y firmeza inalterables. La libertad y la democracia están bajo ataque», comentó.
Guerra contra el terrorismo
La guerra contra el terrorismo, o más conocida como guerra contra el terror, fue una campaña militar internacional que estuvo a cargo de la administración de George W. Bush. Esta acción empezó después de los atentados del 11 de septiembre del 2001; asimismo, los Estados Unidos encabezó una coalición de países que buscaba destruir a Al-Qaeda y a otras organizaciones extremistas afines. Cabe resaltar que, dicha alianza se realizó entre miembros y no miembros de la OTAN
La seguridad norteamericana quedó conmocionada tras los sucesos del 11-S, por ello se puso en marcha la llamada lucha antiterrorista; ello en busca de responder frente a la agresión sufrida y restaurar el orden a nivel mundial.
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Nuevas políticas
Se autorizaron las detenciones indefinidas contra los “sospechosos” de actividades que pudieran poner en riesgo dicha seguridad. Además, se aprobaron decretos en los que se establecían tribunales militares para juzgar a extranjeros sin la posibilidad se recurrir ante la justicia civil.
También se incluyó operaciones encubiertas de “guerra sucia” contra el enemigo, ya fuera en el propio territorio o en territorio ajeno. Las actividades estaban dirigidas por los servicios secretos, que se fortalecieron con mayores efectivos y recursos con el objetivo de garantizar mayor protección al Estado. De ese modo, brindaron una mayor libertad de acción con el respaldo de las nuevas leyes de seguridad nacional.
Según «Cost of War», un proyecto de la Universidad Brown en Providence, los 20 años de «guerra contra el terrorismo» han cobrado 900.000 vidas de civiles y uniformados en todo el mundo, incluidos 7.000 soldados de EE.UU. Además, le ha costado a Estados Unidos la inmensa suma de ocho billones de dólares.
Luego de este atentado, la lucha contra el terrorismo ha sido llevada de una perspectiva distinta de acuerdo a cada presidente. Uno de los acontecimientos más cercanos sucedió en 2017, donde al menos cuatro civiles murieron en un ataque ejecutado por supuestos miembros del grupo yihadista Estado Islámico en África Occidental.
Gestiones anti terrorista tras el mandato de George W. Bush
Desde la administración de Obama se viene aplicando una política basada en una orientación presidencial (Presidencial Policy Guidance, PPG) que permite a Estados Unidos emplear la fuerza letal en operaciones selectivas fuera de las «zonas de actividad de las hostilidades». Es importante mencionar que, sólo se realiza cuando se determina que un objetivo supone un «peligro continuado e inminente» para los estadounidenses; es decir, que la captura no sea factible y que exista «certeza casi absoluta» de que ningún civil será asesinado o herido.
“Tenemos que desarrollar una estrategia que coincida con esta amenaza difusa; una que amplíe nuestro alcance sin enviar efectivos a operaciones que presionen demasiado a nuestras fuerzas armadas o susciten resentimientos locales, necesitamos socios para que luchen contra los terroristas junto con nosotros”.
Barack Obama.
Muerte de Osama bin Laden
El 29 de abril de 2011, el presidente estadounidense, Barack Obama, dio luz verde a la misión comando bautizada con el nombre de ‘Tridente de Neptuno». La noche del 2 de mayo de 2011, es conocida por la muerte del lider de Al Qaeda; ello tras una operación secreta llevada a cabo por 79 comandos Navy Seals en la ciudad paquistaní de Abbottabad. Sus restos fueron trasladados a una base donde se identificaron correctamente gracias a técnicas de reconocimiento facial y ADN. Con la finalidad de evitar que su tumba pudiera convertirse en santuario para sus seguidores, unos portaaviones arrojaron el cuerpo de Bin Laden en algún lugar del Mar de Arabia.
“Esta noche puedo informarles que ha concluido un operativo que dio muerte a Osama bin Laden, el líder de Al Qaeda y el terrorista responsable de la muerte de miles de hombres, mujeres y niños inocentes”, fueron las palabras de Obama.
Durante el segundo mandato de Barack Obama en 2014, se concluyó formalmente el fin de la guerra; no obstante, la presencia norteamericana se mantuvo en la zona, sobre todo para respaldar al Gobierno de Kabul frente a las amenazas de los talibanes.
En su despedida de la política, Obama viajó a New York al ser elegido como la persona que terminaría con las guerras de Irak y Afganistán. Además, ganó el Premio Nobel de la Paz cuando apenas llevaba ocho meses y medio en el cargo. Ello durante un periodo internacional tan o más marcado por la violencia que cuando llegó al poder en enero de 2009.
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Operaciones anti terroristas de Donald Trump
En el mandato de Trump, las tropas estadounidenses han realizado ejercicios de entrenamiento antiterrorista en 41 países. Asimismo, Estados Unidos ha entrenado a las fuerzas militares, policiales o fronterizas de casi 80 países.
Uno de los golpes que dio las fuerzas especiales norteamericanas fue asesinar al líder terrorista Qasem al Rimi, quién fue ejecutado en un ataque aéreo con drones tras ser rastreado mediante vigilancia aérea y otros métodos de inteligencia.
«Por orden del presidente Donald J. Trump, los Estados Unidos llevaron a cabo una operación antiterrorista en Yemen que eliminó exitosamente a Qasem al Rimi».
Donald Trump.
En 2005, Al Rimi fue condenado a cinco años de cárcel en Yemen tras intentar asesinar al embajador estadounidense. En el 2006 escapó de la prisión y fue incluido en la lista de terroristas de Estados Unidos en mayo de 2010. La muerte de Al Rimi supone un golpe importante para AQPA, considerada una de las ramas más peligrosas del grupo terrorista Al Qaeda. Recordemos que, dicho grupo ha perpetrado atentados más allá de su base en Yemen, los cuales son casi siempre contra los intereses de Estados Unidos.
Al Rimi lideraba la rama de Al Qaeda en Yemen desde mediados de 2015 tras la muerte de su antecesor, Naser al Wahishi, en un ataque desde un avión estadounidense no tripulado.
Durante la campaña del 2016, Trump se comprometió a retirar las tropas estadounidense de las guerras en Irak y Afganistán. Dicha propuesta formaba parte de una política que buscaba regresar a los militares que luchan en «guerras interminables». Es importante mencionar que, esta decisión fue empleada por el actual presidente Biden.
Acciones de Biden contra el terrorismo
El Gobierno de Joe Biden ha elegido no hablar más de la «guerra contra el terrorismo»; además, quiere mostrar que la dejó atrás con la retirada de Afganistán. Ahora, prefiere volver a una política exterior más tradicional de rivalidad entre potencias, en este caso contra China y Rusia. Agregó que la principal preocupación del ciudadano estadounidense es la pandemia y los efectos del cambio climático.
Hace solo unos días, en un discurso tras la retirada militar en el territorio afgano, Biden declaró: «Mi deber es defender la seguridad de Estados Unidos, no de las amenazas de 2001, sino de las amenazas de 2021. No hay nada que a Rusia y China le gustaría más que ver a Estados Unidos enterrado en otra década de guerra en Afganistán».
A pesar de estas medidas, el mandatario fue testigo de un ataque del Estado Islámico en el aeropuerto de Kabul, que dejó 13 soldados muertos. Cabe resaltar que, todos ellos eran de nacionalidad estadounidense y fueron los primeros soldados caídos en Afganistán desde febrero del 2020. El presidente de EE UU, Joe Biden, ha calificado de “héroes” a los 13 soldados que perdieron la vida en el doble atentado suicida perpetrado por el Estado Islámico.
Actualmente, le corresponde a Biden articular el próximo capítulo de la guerra contra el terrorismo en un país que se ha cansado del tema.