A raíz del aislamiento social obligatorio a causa de la pandemia del COVID-19, el ecosistema toma un respiro en San Juan de Lurigancho, uno de los distritos más contaminados de la capital.
Patricia vive en San Juan de Lurigancho y nos cuenta que el pequeño departamento donde reside con su familia, queda al frente del mercado Paradero 10 en la Av. Canto Grande, considerado uno de los más concurridos del distrito. Antes de la pandemia, cientos de personas de forma simultánea acumulaban sus desechos al exterior, pese a que habían locales formales en el recinto. Patricia nos detalla que en ese escenario siempre ha primado la informalidad. Sin embargo, a raíz del confinamiento se ha erradicado de manera temporal, puesto que los ambulantes no pueden ofrecen sus servicios deliberadamente. Relata que el orden que impera en el mercado es impresionante en comparación al estado en el que se encontraba antes del aislamiento social obligatorio.
El Perú se ubica en el puesto 22 a nivel mundial, como el país con mayor grado de contaminación ambiental, de acuerdo al reporte del 2018 de World Air Quality; siendo Lima la octava ciudad más contaminada de América Latina. Estos indicadores alertan sobre el índice de contaminación con el que cientos de personas conviven diariamente. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la capital mueren, cada año, más de 15 mil personas de enfermedades respiratorias y cardiacas ocasionadas por la contaminación ambiental. En los últimos meses, el mundo está enfrentando una crisis en el sistema de salud a causa de la pandemia del COVID-19.
Frente a esta situación adversa, conversamos con Giuliana Becerra Celis, exdirectora general de Calidad Ambiental del Ministerio del Ambiente, quien nos precisó que en Lima existen diversas fuentes de contaminación. Entre las que comprenden las industrias, empresas, los comercios, las prestaciones de servicios. Es decir, gran parte de las actividades que se realizan en la ciudad tienen un impacto en la calidad del aire, pero la parte más significativa está constituida por el parque automotor.
Además, la exfuncionaria señala que el distrito de San Juan de Lurigancho es uno de los que presenta mayores concentraciones de contaminantes, debido a que no se evidencia una rápida dispersión de material partículado y otros contaminantes a diferencia de los distritos que se encuentran cercanos al mar. Cabe resaltar que, se denomina material partículado a una mezcla de partículas líquidas y sólidas, de sustancias orgánicas e inorgánicas, que se encuentran en suspensión en la atmósfera y que provienen en su mayoría del uso de combustibles fósiles. Estas, contribuyen a la contaminación del aire.
Asimismo, Becerra sostiene que en el aire coexisten distintas partículas con diferente tamaño que pueden afectar la salud de la población. Entre las que distingue el material partículado de 2.5 micras y el material partículado de 10 micras, siendo este el de mayor tamaño; el cual contiene usualmente polvo de las carreteras y de la industria. No obstante, el más perjudicial para la salud es el de 2.5 micras, que al ser el de menor tamaño es capaz de ingresar al organismo hasta los pulmones, mientras que el material partículado al ser de mayor tamaño se queda en las vías respiratorias altas (nariz) y no ingresa a nuestro cuerpo.
De igual modo, existen otros contaminantes como el monóxido de carbono, dióxido de azufre, los óxidos de nitrógeno; que también deben ser vigilados por su potencial impacto negativo sobre la salud y el ambiente. Por su parte, Becerra señaló que una de las principales fuentes de contaminación se registra en el parque automotor antiguo. Los vehículos que tienen más de 20 años son de mayor capacidad contaminante a diferencia de los autos nuevos con tecnologías más eficientes. Estas declaraciones advierten sobre el efecto que tienen los distintos agentes contaminantes en la calidad del aire.
Por otro lado, dialogamos con Jhojan Pool Rojas, subdirector de Evaluación del Ambiente Atmosférico del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (SENAMHI), quien nos detalló que a partir del 16 de marzo se han podido registrar reducciones considerables en la concentración del material partículado 2.5. Luego de evaluar durante todo el mes de marzo la comparación del periodo de estado de emergencia y el periodo histórico, que comprende concentraciones desde el año 2014 al 2019, se llegó a concluir que las reducciones han sido de alrededor del 50% de este contaminante.
En consecuencia, se ha registrado una mejora en la calidad del aire en el distrito, pese a la compleja situación que atraviesa el país. Frente a ello, Patricia, quien es alérgica, confiesa que ha empezado a sentir mejoras en su respiración. Luego de la pandemia va a ser fundamental el apoyo de los gobiernos regionales, municipales y del mismo gobierno central para que se puedan articular los mecanismos necesarios que permitan que la calidad del aire continúe por esa senda. Ello, en beneficio de los ciudadanos que albergan el distrito con mayor cantidad de habitantes en Lima.
Investigación realizada por Diego Samalvides