Los asesinos de nacionalidad colombiana detenidos por la muerte de Jovenel Moïse, presidente de Haití, confesaron su responsabilidad en el magnicidio del pasado 7 de julio en el país centroamericano. Según informó el canal de noticias colombiano, Caracol Noticias, las pruebas se encuentran en 15 horas de audio en las que los ex miembros del ejército narran su versión del hecho.
Los sujetos identificados en las grabaciones son el capitán Germán Rivera García, el subteniente Jheyner Carmona, el sargento Ángel Yarce Sierra, y el soldado profesional Naiser Franco Castañeda, todos retirados.
Las confesiones
Según se escucha en las grabaciones, el líder de los magnicidas era Rivera García, a quien llamaban «Mike». Él habría dado la orden de asesinar a Moïse. Ratificando ello, Carmona indicó que les dijeron que «era orden de captura, pero Mike nos dijo que tocaba pelar [matar] al presidente».
«Mike [Germán Rivera] si dijo que tocaba entrar y matar a todo el mundo, tocaba matar a todos los policías. Mejor dicho, que si había hasta mascota, matar la mascota, que no podía haber ningún testigo».
Jheyner Carmona
Según los relatos obtenidos por Caracol Noticias, Joseph Felix Badio, ex funcionario del Ministerio de Justicia de Haití, fue quien dio a Rivera la orden del magnicidio. «[Badio] dijo que había que matar a todos. Todos son los policías, la seguridad del presidente, todo el que se encuentre adentro de la casa, que había que matarlos», indicó Rivera.
Detalles del magnicidio en Haití
Las confesiones de los involucrados ayudaron a reconstruir los momentos previos al crimen. Rivera García señaló que en total existieron entre 15 y 16 armas en la operación, pero que no todos estaban armados. Además, se pudo conocer que los colombianos se repartieron en cuatro equipos de cinco integrantes, quienes cerca a la 1 de la mañana salieron en seis carros a ejecutar lo encomendado.
Una vez que lograron reducir a los policías en los tres puestos de control, llegaron hasta la puerta de la residencia. Allí se desató un fuego cruzado hasta que los mercenarios se dieron cuenta que la puerta estaba abierta e ingresaron al domicilio. Jheyner Carmona explicó que una vez entraron al inmueble, se encontraron con un grupo de policías tendidos en el piso que no ofrecieron resistencia.
«Habían entre cuatro y cinco policías acostados pero vivos. Tenían armamento, fusiles, pistolas; tenían muchas cosas ahí, simplemente no lo utilizaron».
Jheyner Carmona
Una vez que un grupo logró llegar al segundo piso, cumplieron con su objetivo. Según informó el medio colombiano, el exsoldado Pineda habría sido el encargado de ejecutar los 12 disparos contra el mandatario. Así lo atestiguó otro de los exmilitares involucrados, Franco Castañeda: «Dicen que fue Pineda. Lo escucharon a él mismo. Está preocupadísimo, ese muchacho no tiene paz».
Carmona coincidió con Castañeda y señaló a Víctor Pineda como el autor de los disparos: «Quiero que apunte simplemente un apellido ahí y ya lo investigan ustedes a ver si es cierto o no: Pineda».
El escape sin éxito
Una vez concretado el asesinato, los mercenarios buscaron objetos de valor y dinero. Tras encontrar dos maletas con dinero, subieron a vehículos con rumbo al palacio presidencial, pues el nuevo presidente de Haití los debía proteger. Ángel Yarce declaró que la retirada hacia el palacio presidencial la coordinaba el sargento retirado del Ejército, Duberney Capador. «Capador nos llevaba para el palacio, porque en el palacio nos iban a proteger, y estaba la Policía y nos iba a proteger», dijo Yarce.
En el escape, se encontraron autos atravesados en la carretera que los forzaron a detenerse y bajarse de sus vehículos. Luego, la policía de Haití bloqueó el pase con camionetas y tanquetas, por lo que se refugiaron en una casa, de la que fueron desalojados con gases lacrimógenos.
Según las investigaciones, el asesinato fue cometido por un comando compuesto por 26 personas. La policía ha detenido hasta el momento a 44 personas, donde resaltan 12 policías, 18 colombianos y 6 haitianos, de los cuales tres están nacionalizados como estadounidenses.