La frase “todo tiempo pasado fue mejor” es un idealismo y, como tal, al ser comparado con la realidad, no siempre resulta ser cierto. El economista Iván Alonso tiene clara esta premisa. En una conversación con Diario El Gobierno, advirtió el peligro de que, en un eventual gobierno suyo, Pedro Castillo repita medidas que en su momento ejecutó Alan García. Además, respondió a algunas especulaciones que giraron entorno a la subida del dólar durante el proceso electoral. Además, defendió el sistema de libre competencia, el cual considera el más beneficioso para el Perú.
En retrospectiva
Su respuesta es rápida, firme y segura al ser consultado sobre la posible aplicación de las políticas económicas que figuran en el ideario de Perú Libre: «Si en el próximo gobierno hay una gran emisión de moneda que podría deberse a la estatización de empresas y la pérdida que estas generen, causa principal del primer gobierno de Alan García, el resultado será el mismo».
Nacionalización o estatización. Pedro Castillo aún no se decide. Sin embargo, la suspensión del pago de la deuda externa, es alguna de las medidas que el profesor ha afirmado, en diferentes ocasiones, que llevará a cabo en caso de llegar a Palacio de Gobierno. Alonso tiene claro que las consecuencias serían «inundar el mercado de emisión monetaria para cubrir la pérdida de las empresas estatizadas y, por ende, generar inevitablemente una inflación».
El ex profesor de Centrum Católica explica que, ante este panorama, recurrirían a una vieja medida: los controles de precios. Sin embargo, es «un dique que se va a romper si la presión del agua es suficientemente grande», explica.
Controles de precios, una vieja medida
Ivan Alonso explica que en los contextos inflacionarios, muchas veces los gobiernos actúan no atacando la causa principal, que es la emisión monetaria; sino, tratando de controlar los precios. En ese sentido, no es necesario situarse en un eventual gobierno de Pedro Castillo para advertir la ineficacia de esta medida porque durante un tramo de la pandemia se propuso controlar el precio de las medicinas en las farmacias.
De tal manera, argumenta que los controles son contraproducentes porque inhiben lo que debería producirse ante un mayor aumento de la demanda. «La respuesta es aumentar la oferta porque el aumento del precio es una señal para que la oferta también aumente», propone.
Propuso el ejemplo del oxígeno, que en gran parte de la pandemia ha sido escaso y sumamente costoso. «Uno tiene la necesidad de salir a buscar oxígeno y te cobran precios astronómicos. Pero ese precio solamente está reflejando la escasez de una súbita demanda y capacidad limitada de producción», explica. Por tal motivo, propone que al aumentar la producción de oxígeno, a través de la construcción de plantas, se disminuirá la demanda y por ende el precio.
Teorías conspirativas
Por otro parte, el también columnista de prensa, se refirió a las especulaciones que sindicaban a Julio Velarde, Presidente del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), como el responsable de la subida del precio del dólar durante la campaña electoral. «Son teorías conspirativas y, como todas las teorías conspirativas, no tienen ninguna lógica. El precio del dólar sube porque la gente comienza a demandar más dólares. Veían que el candidato Castillo tenía ventaja y entonces la gente quería tener la mayor cantidad de dólares posibles y mandarlos al exterior», sentencia.
En ese sentido, señala que el BCRP no tiene ninguna responsabilidad causal en el aumento del precio del dólar. Sin embargo, está en desacuerdo en que se modere esa alza en el precio porque controlar el precio del dólar «de alguna manera es venderle dólares baratos a quienes se los quieren llevar», opina.
El modelo económico
Ante un posible cambio radical en el modelo económico del país, Alonso no duda en afirmar que el Perú debe seguir el camino del libre mercado. Para el investigador, este modelo le ha hecho un gran bien al país en los últimos 30 años. No obstante, considera que hay cosas por corregir y sobre todo indica que «el Estado hace cosas que no debería hacer».
Alonso señala que la experiencia en las últimas tres décadas avala el principio de subsidiaridad y la reducción del rol del Estado. «Donde el Estado ha dejado su lugar al sector privado es que hemos visto los mayores avances en telecomunicaciones, electricidad, etc. Donde el Estado sigue siendo predominante como el agua y saneamiento o la salud, es donde vemos grandes deficiencias en el país», sustenta.