El pasado mes de mayo se registró una de las mayores afluencias de migrantes en la frontera de Ceuta. Según el ministro del Interior de España, más de 6 000 marroquíes llegaron a las playas Tarajal y Benzu. Entre ellos figuran alrededor de 1 000 menores de edad que ahora se encuentran en el limbo entre permanecer en suelo español o ser devueltos a su país de origen. Sumado a ello, siguen escalando las tensiones diplomáticas entre Madrid y Rabat.
Marruecos culpa a la burocracia de España
Inicialmente, cerca de 3 000 menores no acompañados pasaron la frontera ceutí. Muchos de ellos fueron repatriados y otros regresaron de manera voluntaria. Sin embargo, un millar de niños y adolescentes aún se encuentra en una zona gris. La mayoría de las familias, que antes desconocían el paradero de sus hijos, ahora rechazan la alternativa de repatriación. Ante ello, las autoridades españolas afrontan el reto de acoger a los menores, que no pueden ser devueltos a Rabat sin el consentimiento de ellos y sus padres.
La falta de capacidades de recepción de migrantes en Ceuta —y el bloqueo marroquí a la devolución de sus nacionales— agudizan la crisis. Frente a las complicaciones, el Ministerio del Interior y de Relaciones Exteriores de Marruecos emitieron un comunicado culpando a «los complejos procedimientos de algunos países europeos».
Tensiones diplomáticas: ¿novedad o historia antigua?
Aunque las últimas noticias son respecto a la crisis migratoria en la frontera ceutí, las tensiones entre la monarquía de Mohamed VI y la corona española no son nuevas. El jefe de la diplomacia marroquí, Naser Burita, explicó que la crisis migratoria no sería la causa subyacente de las tensiones entre su país y España. A través de un comunicado, el ministro de Asuntos Exteriores detalló que la verdadera razón del conflicto es la situación del Sahara Occidental.
Para la ONU, este es un territorio no autónomo, por lo que se le conoce como la “última colonia de África”. España tomó control del territorio saharaui en 1958. Frente a la ocupación, se fundó el Frente Polisario en 1973. Tras la retirada española, el movimiento de liberación nacional proclamó la independencia de la República Árabe Saharaui Democrática en 1976. A pesar de obtener el reconocimiento de 84 Estados, ahora Marruecos ocupa tres cuartas partes de lo que llaman el “Sahara marroquí”.
Volviendo al comunicado de Burita, este hace referencia a la acogida de Brahim Ghali —líder del Frente Polisario— en Rioja. Sin embargo, el ministro consideró que «la crisis no está limitada al asunto con un hombre. No comienza con su llegada ni terminará con su partida».
Separatismo
«No podemos luchar contra el separatismo en casa y fomentarlo en casa del vecino», señaló Naser Burita. Para las autoridades marroquíes, aceptar el ingreso del líder polisario al hospital San Pedro de Logroño por motivos humanitarios es una incoherencia.
El pronunciamiento de la cartera de exteriores recordó el caso de Cataluña, siendo Marruecos «uno de los primeros en ponerse del lado de la integridad territorial y la unidad nacional de su vecino del norte». Para el país de Mohamed VI, acoger a Ghali significa que España apoya el separatismo saharaui, lo que contraviene los intereses marroquíes. En esa línea, Burita detalla que el fondo del conflicto es una «cuestión de confianza rota entre socios», debido a las intenciones hostiles de la corona de España.