En América Latina, durante décadas hemos observando distintos procesos comunistas. Con sus matices, unos más conservadores y otros extremistas. No obstante, lo que claro está son los 30 años de una tendencia, un patrón y un guión cercano a gobiernos de índole comunista y socialista.
Como principal ejemplo de esta inclinación regional tenemos a Cuba. El país caribeño puede ser calificada como una escuela o una referencia para «gobiernos» de izquierda. Es de conocimiento público que la dictadura cubana se entrometido en diversos países latinos para implantar y promover su ideario, desestabilizando los mismos y logrando su cometido.
Además, cabe resaltar que el régimen cubano es el más longevo a nivel continental: lleva 63 años azotando a su pueblo. Los hermanos Castro tuvieron el poder en sus manos hasta el 2019 (Fidel por 50 años y Raúl por 10). Tras esa fecha, Raúl Castro, en conjunto con el partido único de Cuba —el Partido Comunista Cubano—, al mejor estilo norcoreano, impusieron Miguel Diaz-Canel (lleva 3 años en el poder).
En las décadas de los sesenta, setenta y ochenta, los revolucionarios cubanos encontraron trabas en la expansión de su ideología en los países de la región. Estas dificultades llevaron a los líderes de la dictadura castrista a aplicar la vía armada. Ejemplos de ello son Venezuela, cuando en 1967 las fuerzas armadas repelieron un desembarco, y en Bolivia, donde guerrilleros comandados por Ernesto Che Guevara atacaron. Desde entonces, su proyecto de «exportar la revolución cubana» no se ha detenido. En 1992, Hugo Chávez trató de realizar un golpe de estado en Venezuela; el fallido intento del exdictador fallecido llevó a socialistas y comunistas a la redacción de un nuevo guión y la preparación de un formato distinto para la exportación revolucionaria.
Con nuevo reglamento, la extrema izquierda dejó la búsqueda del poder con armas —como lo hicieron los Castro en Cuba entre 1953 y 1958—; en contraste apostaron por el uso de las vías democráticas y la política. Una vez en el poder no dejarían este nunca.
Venezuela, Honduras, Nicaragua, Bolivia, Argentina, Ecuador, Brasil, Paraguay y Uruguay, comandados por Hugo Chávez, han tomado un rumbo similar al de Cuba.
Los procesos que se han presentado en estas naciones tienen los mismos ingredientes: populismo, división por clases de los ciudadanos, resentimiento, polarización, odio a los ricos y a la actividad privada, amenazas a quienes piensan distintos, así como una constante negación de lo que harán. Existe un patrón y muchos de los países mencionados tuvieron, tras una década de la izquierda en el poder, a sus países en el suelo. Pese a que algunos dejaron el poder, un lustro más tarde lo han recuperado o están a nada de hacerlo
Últimamente hemos visto cómo países de la región han siso inestabilizados, siguiendo ese manual para llegar al poder. No es casualidad que antes de muchos acontecimientos, los partidos de izquierda y muchos líderes socialistas y comunistas se reunieran en Caracas para realizar una sesión del Foro de Sao Paulo. El propio sátrapa Nicolás Maduro comentó días después de la cita: «Foro de Sao Paulo, estamos cumpliendo el plan, ustedes me entienden (…) Vamos mejor de lo que pensábamos, y todavía lo que falta (…) No puedo decir más». Esto, durante las protestas y el vandalismo ocurrido Chile y Ecuador en 2020.
En fin, existe un hoja de ruta trazada por los partidos y los líderes de la izquierda en la región para alcanzar, recuperar o alcanzar el poder, sea cual sea el caso. Fe de ello, son los ejemplos con los que finalizo este escrito:
- Daniel Ortega (Nicaragua): 14 años y contando
- Kirchner/Fernández (Argentina): 14 años y contando
- Chavez/Maduro (Venezuela): 23 años y contando
- Castro/Canel (Cuba): 63 años y contando
- Morales/Arce (Bolivia): 14 años y contando
- Lula/Dilma (Brasil): 13 años
- Correa: 10 años