Si bien el camino hacia la inmunidad global frente al coronavirus ya ha comenzado, el ritmo de vacunación es muy desigual en el mundo. Esta diferencia se refleja principalmente en las campañas de inoculación que están teniendo los países ricos sobre los pobres, una situación que puede complicar aún más la pandemia.
De un total de 207 países que vacunan, hay 12 que hasta la fecha no han empezado a inyectar la dosis contra el coronavirus. Estos se ubican en África (Tanzania, Madagascar, Burkina Faso, Chad, Burundi, República Centroafricana, Eritrea), Asia (Corea del Norte), Oceanía (Vanuatu, Samoa, Kiribati), y la nación de haití en Occidente.
«Los retrasos y la escasez de suministros de vacunas están llevando a los países africanos a quedarse más atrás del resto del mundo en el lanzamiento de las vacunas contra el COVID, causando que el continente ahora represente solo el 1 % de las vacunas administradas en todo el mundo», advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS) el pasado jueves.
Cabe resaltar que, algunas naciones de la lista no han iniciado su proceso vacunatorio por distintos motivos, ya sea una crisis política (Chad), reticencias de sus gobiernos (Tanzania), o limitaciones económicas (la mayoría de los involucrados).
Amenazas
Según algunos expertos, es necesario que la expansión de la inmunidad frente al virus llegue lo antes posible para lograr el cese del virus. Así lo afirma el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien ya lo advirtió hace semanas: «Cuanta más transmisión del virus se produzca, más variantes pueden aparecer. Y cuantas más variantes surjan, es más probable que alguna de ellas eluda las vacunas».
«A un problema global, hay que darle una solución global», coincide el experto de la Asociación Española de Vacunología (AEV), José Antonio Navarro Alonso, en declaraciones a Teknautas.
Claramente, el desafío actual es que las distintas vacunas desarrolladas en menos de un año se administren de manera global. En todos los rincones del planeta. Razón por la que las estrategias de financiación, las donaciones o los apoyos suplementarios siguen siendo fundamentales en países con menos recursos.