Este miércoles, la ONU reportó que al menos 38 personas murieron en Birmania. Christine Schraner, enviada especial de las Naciones Unidas, ha calificado la jornada de hoy como «el día más sangriento» de las protestas. El rechazo al golpe militar ha provocado mayores confrontaciones con los policías, quienes no han tenido reparo en disparar directamente a los manifestantes.
Violencia al límite
Desde el 1 de febrero del presente año, día en el que se llevó a cabo el golpe, el número de muertos supera los 50. Asimismo, numerosos videos en redes sociales han mostrado la brutal violencia empleada por las fuerzas policiales. En algunos de ellos se evidencia a la policía atacando a los equipos médicos, así como también disparando con ametralladoras a los manifestantes.
Además, se reporta que más de un millar de personas han sido detenidas. Sin embargo, hasta el momento se desconoce su paradero y sus familiares no han recibido respuestas de las autoridades. El pasado domingo se reportaron a 18 manifestantes muertos y 30 heridos. Estas acciones han sido repudiadas por diversas instituciones internacionales, y algunas figuras políticas exteriores, como Michelle Bachelet, han mostrado su tajante rechazo.
¿Qué hará la ONU?
Además de comunicar el caos de las protestas, Schraner aseguró que el Consejo de Seguridad de la ONU tiene planificado abordar la situación del país asiático este viernes 5 de marzo. Asimismo, La Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), denunció el actuar militar por haber ejercido métodos violentos y letales frente a manifestaciones pacíficas, pues se reporta que además de usar armas de fuego, la policía utilizó gas lacrimógeno, e incluso granadas aturdidoras.
Periodistas y médicos no habidos
A parte de la gran cantidad de manifestantes, la policía también ha detenido a 85 médicos y estudiantes universitarios como mínimo. De igual forma, 7 periodistas que estuvieron en la protesta cubriendo los acontecimientos se encuentran no habidos. Algunos medios especulan que la policía estaría buscando elementos clave para la campaña de desobediencia civil que se originó desde el golpe de Estado.
Facebook censura al Ejército birmano
El gigante de las redes sociales ha actuado frente a los acontecimientos en el país asiático. Hace menos de una semana, la compañía anunció en un comunicado que las aperturas de cuentas vinculadas al Ejército birmano son un riesgo «demasiado elevado», por lo que han decidido censurar todo intento de publicación de anuncios en su plataforma, al igual que en Instagram. Además, se bloqueó los perfiles de los militares involucrados en el golpe militar.
Con más de 22 millones de usuarios en Birmania, Facebook es la red social más usada en el país, así como también es uno de los principales medios de información periodística de los birmanos. Por ello, otra de las acciones tomadas por la red social fue la de cerrar las páginas de los canales públicos Birmania MRTV y Tatmadaw True News Information, perfiles que servían al Ejército para publicar propaganda.
Estados Unidos «horrorizado»
Funcionarios de Estados Unido expresaron su horror e indignación frente a lo ocurrido en Birmania. El portavoz de la diplomacia estadounidense, Ned Price, anunció el día de hoy que sancionaron a los jefes del ejército birmano y que están evaluando otras medidas para que «rindan cuentas».
«Estamos horrorizados e indignados por la atroz violencia perpetrada contra los birmanos por sus pacíficos llamados al restablecimiento de un gobierno civil. (…) Llamamos a todos los países a condenar en una sola voz la brutal violencia del ejército birmano contra su propio pueblo», indicó Price
China marca distancia
El Gobierno de Pekín se distanció de las propuestas de la ONU de intervenir en Birmania, pues consideran al golpe de Estado como un asunto interno que debe resolverse de la misma forma. Sin embargo, la influencia de Pekín ha bloqueado todos los intentos de las Naciones Unidas por abrir una solución externa. Ante esto, Price instó a los funcionarios chinos a «usar su influencia» sobre la junta militar birmana de manera «constructiva».