La Marina chilena estaría vigilando a flotas chinas debido a que se introdujeron en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) del país sudamericano. El pasado lunes, la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante de Chile (DIRECTEMAR), informaron la presencia de 11 pesqueros dentro de este territorio.
A través de su cuenta de twitter, DIRECTEMAR informó que la Armada Chilena se encuentra monitoreando a la flota pesquera “que navega frente a aguas chilenas”. De estas, 77 aún no ingresan a la ZEE, pero estarían navegando hacía esta.
De los 11 buques dentro de la zona, 8 se encuentran frente a las costas de Talcahuano, ubicado al centro del litoral chileno. También, 2 en las proximidades de la Isla Guafo, ubicadas al sur. Y finalmente, 1 se encontraría ingresando por el estrecho de Magallanes.
La Armada Chilena estaría utilizando medios navales y aéreos para vigilar los buques que forman parte de la flota calamarera de Beijing. Dicha flota ha sido denunciada por varios países latinoamericanos por sus prácticas de explotación ilegal e indiscriminada.
A pesar de que todavía los buques no despliegan sus aparatos de pesca, presuntamente por la estricta vigilancia chilena, el diario BioBio Chile informó la respuesta que tendría la Armada Chilena. En caso, alguno de estos comience la pesca, la institución chilena apresaría las naves, ya que no contarían con el permiso para dicha actividad.
Presencia en la región
Estos buques ya han causado alertas en diversas partes de Latinoamérica, como por ejemplo, en Argentina y Perú. Pero en Ecuador, la situación escaló a otro nivel.
El pasado 16 de julio, la Marina ecuatoriana emitió una alerta que detallaba la presencia de 260 buques perteneciente a una flota pesquera de dicho país. Estos se habían estacionado frente a la ZEE alrededor de las Islas Galápagos. Para fines de ese mes, la flota había crecido a 342 naves.
Esta llegó a invadir y a realizar sus actividades dentro de la ZEE. Como respuesta, el presidente Lenin ordenó a la cancillería que informara a China que el país ejercería sus derechos marítimos. Las embarcaciones como respuesta, apagaron sus sistemas de rastreo, lo cual es bastante habitual en la pesca ilegal.