Hoy, Chile vive un proceso histórico que podría determinar un nuevo comienzo. El futuro de la Constitución vigente se encuentran en manos de 17,7 millones de ciudadanos convocados. La salida del gobierno de Sebastián Piñera para redirigir la inestabilidad política y la desconfianza institucional del país tendrá bases en la votación de hoy.
La enfermedad, el síntoma y la cura
Según Vicky Murillo, directora del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Columbia en Nueva York, la movilización social que estalló hace un año en Chile es un síntoma de la crisis de representación del sistema político en el país.
Luego, el plebiscito emerge con grandes expectativas, la importancia de incluir a la población en el proceso constituyente, será clave para la recuperación de la legitimidad política en Chile.
La votación
En primer lugar, los ciudadanos votantes encontrarán dos papeletas. La primera con la pregunta: ¿Quiere usted una nueva Constitución?, que podrá ser respondida marcando las opciones Apruebo o Rechazo. Y otra, donde la pregunta será: ¿Qué tipo de órgano debiera redactar una Nueva Constitución?, que brindará dos posibilidades, Convención mixta constitucional o Convención constitucional.
En caso de aprobarse un cambio de la carta magna, cualquiera de las dos opciones de Convención constituyente tendrán el deber y el único fin de redactar la nueva Constitución. Teniendo un plazo de nueve meses prorrogable por tres meses, una vez finalizado el trabajo, se realizará un nuevo Plebiscito «de salida», donde los ciudadanos aprobarán o rechazaran el nuevo documento.
Convención constitucional
Un total de 155 personas integrarán este órgano. Por su parte, los comicios se realizarán en la misma fecha que las elecciones municipales. Se establecerá a las personas paritariamente (mitad hombres y mitad mujeres), bajo un mecanismo de correción.
Convención mixta
Del mismo modo, en esta opción, serán 172 personas las que integrarán el órgano constituyente. La división será entre 86 parlamentarios y otros 86 ciudadanos elegidos exclusivamente para ello. El Legislativo determinaría a los congresistas a través de un protocolo electoral interno.
Por esta razón, el espacio para los pueblos originarios y la paridad solo estaría asegurada en los integrantes elegidos popularmente. En ambas convenciones, habrán mecanismos para la inscripción de personas que no militen dentro de un partido, rebajando el número de firmas que deben recolectar.