Biden lidera las encuestas nacionales en los Estados Unidos y mantiene una firme ventaja en los Estados bisagra, los cuales son muy importantes en las elecciones presidenciales. La gran mayoría de analistas políticos dudan que el resultado sea otro que el de Joe Biden como próximo presidente del país. Sin embargo, ¿no se esperaba lo mismo con respecto a Hillary Clinton en el 2016? Para muchos aún pesa el recuerdo de la victoria de Trump, contra todo pronóstico, en las elecciones pasadas. Entonces, ¿qué diferencia hay entre el 2016 y 2020?
Muchos americanos aún dudan de las encuestas que muestran con una cómoda ventaja al demócrata. Evocan a los votantes secretos de Trump que temen mostrar su apoyo cuando son consultados por encuestadoras, pero podrían terminar siendo decisivos en la elección. No obstante, los analistas políticos no desean equivocarse nuevamente, por lo que han elaborado meticulosos estudios que proponen argumentos a favor de diferencias decisorias con respecto a la elección pasada.
Diferencias electorales
En primer lugar, Joe Biden mantiene ventajas más amplias y estables a diferencia de las que ostentaba Clinton en su momento. La ventaja de Biden desde mayo ha sido superior a los 7 puntos en las encuestas nacionales y no ha presentado decesos bruscos, mientras que la ventaja de Clinton solo llegó como máximo a los 7 puntos porcentuales, lo cual sucedió solo en dos ocasiones.
La distribución del denominado voto minoritario favorecería a los demócratas en esta ocasión. No es desconocido que en el 2016 se presentaron dos de los candidatos menos populares en la historia de los comicios presidenciales contemporáneos. Esto dio la oportunidad a los candidatos de los partidos minoritarios como el libertario Gary Johnson, de acumular 4 puntos porcentuales de los votos a nivel nacional más que la elección pasada. Además, la propaganda que aseguraba a Hillary Clinton como ganadora, propició que los “votos protesta” a favor de Trump no lucieran peligrosos. Sin embargo, este año es muy probable que la mayoría del voto al partido minoritario regrese al voto bipartidista y particularmente a las filas demócratas. Un deseo de evitar la reelección del republicano ha unido a los partidarios demócratas y los conduce a votar este año.
Finalmente, el 2020 no ha sido un año favorable para quien tuviese que enfrentar la pandemia del coronavirus. La alta tasa de mortalidad en los Estados Unidos, la caída de la economía, el desempleo y las recientes protestas contra la violencia policial y las desigualdades raciales han impactado significativamente en la popularidad del presidente. Cuando fue candidato en el 2016, Donald Trump se mostró como la figura anti establishment que olvidaba los formalismos de la política para preocuparse del trabajador americano. Las apariciones de Hillary Clinton con celebridades que poco representaban al ciudadano común contribuyeron a esa narrativa. Sin embargo, es Donald Trump quien se encuentra al frente del país en esta ocasión y quien tuvo que asumir la responsabilidad política de la crisis que atraviesan los Estado Unidos frente a los votantes.
Pero, sin lugar a duda, las elecciones norteamericanas siempre pueden tener sorpresas y, al menos hasta que la elección termine, el actual inquilino de la Casa Blanca tiene oportunidad de ganar la reelección.