Cinco semanas después del derrocamiento del presidente malí Ibrahim Boubacar Keïta, el ex ministro de defensa Bah Ndaw fue elegido, por el líder del golpe de Estado Assimi Goita, para presidir el gobierno civil de transición en Malí hasta que se realicen las elecciones que tendrán lugar en 18 meses según declaraciones del gobierno malí.
El bloque regional de África Occidental , también conocido como Ecowas, estableció como condición para levantar las sanciones impuestas al país tras el golpe de Estado que se nombrara un presidente civil. Sin embargo, tras la juramentación de Bah Ndaw, se anunció que las sanciones sólo serían levantadas después de que también se nombrase a un Primer Ministro civil.
Bah Ndaw, un destacado ex piloto de helicóptero de la Fuerza Aérea malí, no es nuevo en la política de su país, ya había servido como ministro de defensa del presidente Keïta. Su elección para presidir el gobierno se habría sustentado en la buena reputación de la que goza entre las Fuerzas Armadas y los ciudadanos de su país.
Secuelas de un golpe
Tras semanas de protestas contra la corrupción del gobierno, el deficiente manejo de la economía y disputas acerca de la legitimidad de las elecciones legislativas, el presidente Keïta fue derrocado en un golpe militar conducido por el ahora vicepresidente Colonel Assimi Goita el 18 de Agosto del presente año.
El golpe de Estado fue bien recibido por la mayoría de malíes. Sin embargo, fue condenado por la comunidad internacional.
Ecowas respondió al evento con un firme llamado a la reposición del Sr. Keïta como presidente de Mali, luego de que el mandatario fuera obligado a renunciar por televisión nacional desde una base militar a 15 km de la capital Bamako a donde fue conducido por las Fuerzas Armadas.
Una oportunidad en una situación frágil
Si bien Mali viene siendo afectada por la crisis sanitaria internacional de la covid-19, viene luchando por mucho más tiempo con un fatal enemigo: los yihadistas del norte del país y una democracia sumamente frágil.
A causa del golpe de Estado y la desestabilización política consecuente se encendieron las alarmas sobre la posibilidad que los yihadistas ganaran fuerza y avanzaran hacia el centro del país si se prolongaba demasiado el establecimiento de un gobierno de transición que sea aceptado internacionalmente, ya que se debe recordar que Mali recibe ayuda de tropas de las Naciones Unidas y fuerzas francesas antiterroristas.
El contexto en el que Bah Ndaw asume la presidencia y su accionar durante estos 18 meses serán determinantes para el futuro de la democracia malí. Otros líderes de la región ya han expresado preocupación de que los recientes eventos en el país puedan inspirar levantamientos contra las democracias de la región.