Tras la conclusión de los Juegos Olímpicos de París 2024, Francia se enfrenta a un momento político crucial. El presidente Emmanuel Macron ha iniciado una serie de consultas con los líderes de los principales partidos políticos para nombrar a un nuevo primer ministro y formar gobierno, en un contexto de gran fragmentación parlamentaria. Este proceso busca desbloquear la situación política generada por las elecciones legislativas anticipadas de julio, donde ningún partido obtuvo la mayoría absoluta. La decisión de Macron, esperada para la próxima semana, definirá el rumbo del país en medio de desafíos económicos y sociales significativos.
Contexto político tras las elecciones legislativas
Las elecciones legislativas anticipadas celebradas en Francia el 30 de junio y 7 de julio de 2024 dejaron un panorama político fragmentado, sin una mayoría clara en la Asamblea Nacional. La coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP) obtuvo el mayor número de escaños con 182, seguida por la alianza centrista Ensemble del presidente Emmanuel Macron con 168 escaños, y la ultraderecha Agrupación Nacional con 143. Ningún bloque alcanzó la mayoría absoluta de 289 diputados necesaria para gobernar en solitario.
Tras los comicios, el primer ministro Gabriel Attal presentó su dimisión, pero Macron le pidió continuar en funciones hasta después de los Juegos Olímpicos de París 2024, que concluyeron el 12 de agosto. Durante este período se estableció una «tregua olímpica» que puso en pausa temporalmente el agitado debate político en el país.
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Inicio de las consultas con los partidos
El viernes 23 de agosto de 2024, el presidente Emmanuel Macron inició formalmente una ronda de consultas con los líderes de las principales formaciones políticas, con el objetivo de designar a un nuevo primer ministro y formar gobierno. Las conversaciones comenzaron con los representantes de la coalición de izquierdas NFP, que acudieron al Palacio del Elíseo junto a su candidata propuesta para el cargo de primera ministra, Lucie Castets.
Según informó el Elíseo, las consultas continuarán a lo largo del día con los aliados centristas de Macron y con representantes de la derecha tradicional. El lunes 26 de agosto está previsto el encuentro con los líderes de ultraderecha Marine Le Pen y Jordan Bardella.
La propuesta de la izquierda y la postura de Macron
La coalición NFP, que incluye a socialistas, comunistas, ecologistas y el partido de izquierda radical La Francia Insumisa, insiste en que Macron debe encargarles la formación del gobierno por haber obtenido el mayor número de escaños en las elecciones. Su candidata, Lucie Castets, una economista y alta funcionaria de 37 años, declaró tras la reunión: «Hemos venido a recordar al presidente la importancia de respetar el resultado de las urnas». Castets afirmó estar «lista para construir coaliciones» y buscar compromisos para «sacar al país de la parálisis actual».
Sin embargo, Macron ha rechazado hasta ahora la designación de Castets, argumentando que el NFP no cuenta con una mayoría suficiente para gobernar en solitario. El presidente considera que el nuevo gobierno debería formarse en torno a una figura centrista y ha llamado a los partidos a dialogar para crear una mayoría estable que trascienda las líneas partidistas tradicionales.
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Posibles candidatos y desafíos para el próximo primer ministro
Además de Lucie Castets, varios nombres han sido mencionados como posibles candidatos al cargo de primer ministro. Entre ellos se encuentran:
- Xavier Bertrand: Presidente conservador de la región Hauts-de-France y ex ministro, considerado favorito para liderar una coalición centrista.
- Bernard Cazeneuve: Ex primer ministro socialista que dejó el partido en 2022 tras su alianza con la izquierda radical.
- Karim Bouamrane: Alcalde socialista de Saint-Ouen, un suburbio de París, mencionado recientemente por la prensa francesa.
Quien sea nombrado primer ministro enfrentará importantes desafíos, incluyendo la necesidad de formar un gobierno que pueda sobrevivir a una moción de confianza en el Parlamento y la elaboración del proyecto de ley de presupuesto para 2025, que debe presentarse antes del 1 de octubre.
Plazos y próximos pasos
Aunque no se ha especificado una fecha exacta para el nombramiento del nuevo primer ministro, se espera que Macron tome una decisión la próxima semana, tras concluir las consultas con todos los grupos políticos. El presidente también se reunirá con los presidentes de la Asamblea Nacional y del Senado antes de anunciar su elección.
La designación del nuevo jefe de gobierno será crucial para determinar el rumbo político de Francia en los próximos años, en un contexto de crecientes presiones económicas y sociales. El éxito del próximo gobierno dependerá en gran medida de su capacidad para forjar alianzas y lograr compromisos en una Asamblea Nacional profundamente dividida.
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Reacciones de los partidos y posiciones encontradas
La ronda de consultas ha revelado posiciones encontradas entre los diferentes partidos políticos. Mientras la izquierda insiste en su propuesta, la derecha ha establecido líneas rojas claras:
La Francia Insumisa (LFI), parte de la coalición de izquierdas NFP, mantiene su postura de que deben presidir el gobierno, basándose en su victoria electoral. Lucie Castets, la candidata propuesta por la NFP, reiteró estar «lista para construir coaliciones» y advirtió que si Macron eligiera a otro candidato, «estaría enviando la señal de que no ha escuchado la exigencia del pueblo francés de un cambio de rumbo y de método».
Por otro lado, la derecha conservadora ha marcado una línea roja clara. Laurent Wauquiez, líder del grupo de la derecha republicana en la Asamblea Nacional, declaró que su partido «no participará en ninguna coalición gubernamental». Además, advirtió que si el nuevo gobierno incluyera miembros de La Francia Insumisa, «votaríamos inmediatamente una moción de censura», considerando a LFI fuera de los valores de la República Francesa.
En contraste, Gabriel Attal, el primer ministro saliente, ha indicado que defiende ante Macron la designación de un primer ministro «que no proceda del bloque central» y que el nuevo gobierno «represente un amplio espectro de sensibilidades».
Estas posiciones divergentes complican aún más la tarea de Macron para formar un gobierno estable y con suficiente apoyo parlamentario, aumentando la incertidumbre sobre el futuro político inmediato de Francia.