Este martes, Panamá comenzó con la repatriación de migrantes indocumentados en vuelos financiados por Estados Unidos. Esta acción se implementa menos de dos meses después de la toma de posesión del nuevo presidente, José Raúl Mulino.
Durante su campaña, Mulino prometió cerrar el Tapón del Darién, una peligrosa selva que el año pasado fue atravesada por más de medio millón de migrantes en su camino hacia Estados Unidos desde Sudamérica. De esta manera, el gobierno de Joe Biden se comprometió a financiar los vuelos de repatriación como parte de sus esfuerzos para frenar la migración irregular hacia su país.
Según un acuerdo firmado por el canciller de Panamá y el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, Washington asignó 6 millones de dólares para ayudar a Panamá con el financiamiento de equipos, transporte y logística para deportar a extranjeros sin base legal para permanecer en el país. La migración es un tema central en las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos y el flujo de migrantes en la frontera con México está siendo monitoreado de cerca.
Contexto de la migración en Panamá
La selva del Darién ha sido un punto crítico en la migración irregular hacia Estados Unidos. En los últimos años, el número de migrantes que atraviesan esta inhóspita región ha aumentado drásticamente. En 2023, unas 520.000 personas cruzaron el Tapón del Darién. El acuerdo entre Estados Unidos y Panamá busca reducir el número de migrantes que llegan a la frontera estadounidense al detenerlos más al sur. El Tapón del Darién, que conecta Colombia y Panamá, es un obstáculo natural para los migrantes que intentan llegar a América del Norte.
Muchos de estos migrantes pagaron a bandas criminales que explotan a quienes se aventuran en esta travesía. Mulino, que prometió reducir el tránsito de migrantes por Panamá, calificó la situación de «triste», destacando que la mayoría son venezolanos, y señalando que hay familias destrozadas, con niños huérfanos cuyos padres murieron en el camino. Así, anunció que los primeros vuelos de repatriación llevarían a los migrantes a Colombia, de donde ingresaron a Panamá.
LEE TAMBIÉN: Zelensky: Ucrania busca crear una «zona de amortiguación» en Kursk tras destruir un segundo puente ruso
Desafíos políticos y sociales
Existe preocupación de que el flujo de migrantes venezolanos pueda aumentar si no se resuelve la crisis política generada por los resultados electorales en Venezuela. De hecho, encuestas previas a las elecciones sugerían que muchos venezolanos planearían emigrar si Nicolás Maduro ganaba. Así, la tensión en Venezuela ha escalado desde que Maduro fue declarado ganador por un consejo electoral controlado por el gobierno.
El gobierno panameño está trabajando en acuerdos diplomáticos con otros países para facilitar la deportación de ciudadanos que ingresen irregularmente a Panamá. Este enfoque pone de relieve la complejidad de la migración en la región. Además, resalta la necesidad de soluciones integrales que aborden tanto las causas subyacentes de la migración como las condiciones de vida de los migrantes.
De esta manera, la reciente iniciativa del gobierno panameño de deportar migrantes en vuelos financiados por Estados Unidos marca un cambio significativo en la política migratoria de la región. Este esfuerzo conjunto busca abordar la creciente crisis migratoria, especialmente en la peligrosa ruta del Darién, que conecta Panamá y Colombia.