En una innovadora pero controvertida iniciativa, el mundo político británico ha sido testigo de un experimento sin precedentes: la candidatura de AI Steve, el primer aspirante a miembro del parlamento generado por inteligencia artificial. Este proyecto, concebido por Steven Endacott, un empresario semi-retirado de Brighton, buscaba revolucionar la interacción entre votantes y representantes políticos.
AI Steve fue diseñado como un avatar digital capaz de procesar y responder a las inquietudes de los ciudadanos en tiempo real, utilizando una versión de la voz de Endacott. Desarrollado por Neural Voice, una empresa dirigida por el propio Endacott, AI Steve prometía gestionar hasta 10,000 conversaciones simultáneas, ofreciendo una disponibilidad de 24 horas al día, los 7 días de la semana.
¿Qué es AI Steve?
La propuesta de AI Steve se basaba en la recopilación y análisis de sugerencias y solicitudes de los votantes para incorporarlas en su plataforma política. El sistema estaba diseñado para que las propuestas fueran votadas semanalmente por un grupo de validadores locales voluntarios, adoptando solo aquellas que obtuvieran más del 50% de aprobación.
Endacott, describiendo su papel como el de un «numpty» (una persona que es tonta) que seguiría las instrucciones de la IA, prometía poner de lado sus propias opiniones personales para representar fielmente los deseos de sus votantes. Esta innovación planteaba interrogantes sobre la naturaleza de la representación política y su impacto en el sistema democrático.
Sin embargo, el experimento no estuvo exento de críticas y preocupaciones. Surgieron debates sobre los posibles sesgos en los datos utilizados para entrenar los algoritmos, la falta de transparencia en los procesos de toma de decisiones de la IA, y la capacidad real de un sistema artificial para comprender las sutilezas y complejidades de la vida humana y la política.
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Desempeño en las urnas
A pesar del revuelo mediático y las ambiciosas promesas, AI Steve enfrentó la prueba definitiva en las urnas. En las recientes elecciones celebradas en el distrito de Brighton Pavilion, los resultados fueron contundentes y decepcionantes para el experimento de inteligencia artificial en la política.
AI Steve, junto con su creador Steven Endacott, obtuvo únicamente 179 votos, quedando muy lejos de la candidata ganadora, Sian Berry del Partido Verde, quien aseguró el escaño con una diferencia de más de 28,000 sufragios. Este resultado representa apenas un 0.3% del voto total, situándose incluso por debajo de partidos minoritarios en otras elecciones.
La derrota es aún más significativa si se compara con el desempeño anterior de Endacott. En 2022, cuando se presentó a las elecciones locales en Rochdale sin el apoyo de la IA, logró 487 votos, un resultado superior al obtenido con AI Steve.
Implicaciones y perspectivas futuras
Aunque los resultados electorales no favorecieron a AI Steve, este experimento pionero ha abierto un importante debate sobre el papel de la inteligencia artificial en la política del futuro. A pesar de los desafíos enfrentados, la iniciativa de Endacott ha demostrado el potencial de la IA para revolucionar la interacción entre ciudadanos y representantes políticos.
El concepto de un «político virtual» disponible las 24 horas del día, capaz de procesar grandes volúmenes de información y opiniones ciudadanas, podría evolucionar y encontrar aplicaciones innovadoras en la gobernanza del mañana.
Este primer intento, aunque no exitoso en términos electorales, ha sentado las bases para futuras iteraciones y mejoras en la aplicación de la IA en procesos democráticos. A medida que la tecnología continúe avanzando y se perfeccionen los algoritmos, es posible que veamos surgir nuevas formas de participación ciudadana y toma de decisiones políticas asistidas por IA.
El experimento de AI Steve, lejos de ser un fracaso, puede considerarse un paso audaz hacia un futuro donde la tecnología y la democracia converjan de maneras aún inimaginables.
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