Los abusos hacia la industria textil se remonta a décadas pasadas, pero con el pasar de los años las nuevas generaciones han traído de regreso el fast fashion o moda rápida. Ante ello, son cada vez más las marcas que se suman a la moda ultrarrápida, omitiendo el verdadero sentido de la moda. Este entorno competitivo no solo supone el riesgo de que las tendencias sean cada vez más pasajeras, sino también la contaminación y explotación que hay detrás de la moda rápida.
En otras palabras, la moda está atrapada y se ha vuelto común recurrir a este tipo de prenda por su bajo coste. No obstante, muchos no conocen el trasfondo de esta industria latente que impacta negativamente en el medio ambiente. Ante ello, se impone el consumo responsable de la moda y de la sociedad, para que sean conscientes de lo que consume. Por ello, en Revista Sociedad te mostramos como la moda rápida supone una amenaza ambiental y cuáles son las principales marcas que la popularizan.
Impacto ambiental del fast fashion
La contaminación que genera la imparable producción de ropa es abismal, puesto que se estima que un 73% de lo fabricado termina incinerado o en contenedores de basura, lo cual contribuye a la contaminación terrestre y atmosférica. De este modo, la moda rápida, al agilizar la producción, en otros términos, masiva; y reducir los costos ha aumentado la contaminación generada por la industria de la moda.
A su vez, a la acelerada manufactura no le ha importado emplear diversidad de recursos con el fin de obtener rentabilidad. Ello se observa en la baja calidad de las prendas y en la nula capacidad de reutilizar la materia prima. Adicionalmente, la falta de políticas de reciclaje aumenta el riesgo de contaminación ambiental. Sin darnos cuenta, nosotros somos los principales responsables de consumir lo que no se debería admitir en el mercado de la moda.
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Popularidad
Pese a que el 2019 marcó la caída respecto a la popularidad de la moda rápida, este año ha vuelto con fuerza para imponerse en la sociedad. Su popularidad se debe a la accesibilidad de sus precios, debido a la rápida fabricación de prendas en tendencia. En base a una encuesta, la Generación Z es la que más disfruta de comprar esta moda, ya que de esa manera pueden llevar las tendencias de forma asequible.
En la actualidad son muchas las marcas que operar bajo esta modalidad, entre ellas: Zara, Forever 21, H&M, Topshop, Stradivarius, Bershka, entre otros. Sin embargo, Shein, el gigante chino de la ropa low cost online, amenaza a las empresas mencionadas con anterioridad. Ello se debe a que sus prendas cuestan hasta un 50% menos de las marcas conocidas y que constantemente encontramos en los centros comerciales.
Consecuencias de la moda rápida
La industria textil ocupa el segundo lugar en emisiones de gases, lo que es nocivo para el ambiente no solo por la acumulación de ropa en los depósitos, sino también por los tintes utilizados en el proceso de fabricación. Pues como bien se ha mencionado anteriormente, la consecuencia no es solo ambiental sino también social.
El fast fashion es, además, responsable de situaciones de explotación laboral que va en contra de los Derechos Humanos. Esto se da especialmente en países poco desarrollados con economía baja, como al sudoeste de Asia. La mano de obra barata hace que ciertas marcas internacionales produzcan a grandes cantidades sus prendas, y con ello puedan ser vendidas a un costo bajo manteniendo un margen de ganancia.