La pandemia se llevó un gran número de empleos en el país; sin embargo, para Fernando Ricse, la crisis fue el escenario perfecto para reforzar su pasión por la cocina. En Sweet Kitchen, vive su conexión con la gastronomía y nos ofrece una experiencia para cultivar su mismo amor por la comida.
Inició su emprendimiento casi sin darse cuenta. Por el temor generalizado de ir al supermercado —y sus crónicas sobre deliciosos y poco tradicionales almuerzos— algunos familiares y amigos empezaron a hacerle pedidos. Fernando nos cuenta que !al principio fueron almuerzos, luego se sumaron postres, bocaditos y hasta tortas». Poco a poco, Sweet Kitchen se volvió una realidad y la obra gastronómica de Fernando llegó a las cenas navideñas y de año nuevo de los hogares limeños.
«Mi conexión con la gastronomía empezó desde muy pequeño, siempre me gustó comer, disfrutar de las comidas que se cocinaban en casa y esto despertó la curiosidad de saber cómo se preparaban esos platos tan ricos que comía», nos cuenta en exclusiva.
Inicialmente, Fernando no pensó en la gastronomía como carrera, por lo que empezó a estudiar administración hotelera. Fue ya en la universidad cuando descubrió la posibilidad de dedicarse profesionalmente a la cocina. Después de trabajar en trattorias y hoteles cinco estrellas del extranjero, el amante de la comida afirma que «nunca se deja de aprender». Además, nos confiesa su experiencia como jefe de cocina en un restaurante oriental, donde aprendió cosas que nunca imaginó.
Tras 14 años creando verdaderos placeres para el paladar, Fernando crea Sweet Kitchen para ofrecer platos a base de insumos de alta calidad, ya que «si uno trabaja con los mejores productos, tiene más de la mitad del éxito en lo que va a preparar». Para lograr ese ambicioso objetivo, uno de los diferenciales de este proyecto gastronómico es el uso de productos cultivados en su huerta privada, ubicada en Santa Cruz De Flores, Mala. Demostrando su modestia, el emprendedor afirma que el pie de limón y el crocante de manzana tienen un mejor sabor y aroma si utiliza sus propios insumos en vez de los regularmente disponibles en el mercado.
Como adelantamos al inicio de esta entrevista, Sweet Kitchen ofrece una gran variedad de postres y platos salados. Respecto a los menúes del día, los platos más pedidos son la malaya dorada y el clásico arroz con pollo. Ambas alternativas hacen recordar el ambiente hogareño que muchos extrañan en la actual pandemia. Además, para los clásicos lonches invernales, Fernando Ricse nos recomienda probar el pastel salado preferido por sus clientes: el quiche de poro y tocino. Finalmente, para los amantes de los dulces, nos antoja de algunos éxitos de su cocina al contarnos que «la textura de los profiteroles es excelente, y qué decir de la crema pastelera. La torta Red Velvet tiene un bizcocho esponjoso, si le añadimos los frutos rojos ¡no hay comparación!».
Como emprendedor gastronómico, Fernando lleva un ritmo ajetreado para cumplir con todos sus pedidos. Si no deseas cocinar por un día, Sweet Kitchen puede tener listo para ti un delicioso menú del día que no solo te sacará de apuros, sino seguramente te convencerá de contactarlos nuevamente. Puedes llamarlos para que acudan a tu rescate con 24 horas de anticipación, y si tu antojo es dulce, en 48 horas podrás acercarte a recoger tu pedido o recibirlo en la puerta de tu casa.
Gracias a la excelente experiencia que brindan, y los precios justos que ponen a sus productos, Sweet Kitchen ha logrado capturar a sus clientes, quienes se han convertido en sus principales publicistas de voz en voz. Y para llegar a más personas, Fernando se ha apoyado en las redes sociales como Instagram, donde puedes encontrar a su emprendimiento como @sweetkitchen_pe; y WhatsApp. Sin duda, un ejemplo de éxito en medio de la pandemia.