Después de más de un mes de silencio, el presidente de la República rinde sus descargos ante la Fiscalía tras el escándalo
Pedro Castillo se encuentra en calidad de testigo en el caso de la injerencia ejecutiva en el proceso de ascensos dentro de las Fuerzas Armadas. El incidente implicó el pase al retiro de altos mandos militares que tenían apenas 3 meses en el cargo. La diligencia estaba programada para el día 29 de diciembre; sin embargo, la presidencia solicitó adelantar el proceso para el día de hoy a las 11 de la mañana.
No cesa la controversia: la Fiscalía y el sombrero en la mira
La fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos, no se encuentra a cargo del interrogatorio como estaba previsto originalmente. El día de ayer, Ávalos ingresó de emergencia a un centro de salud por dolencias a raíz de cálculos renales y se le prescribió un descanso médico de 72 horas. Castillo solicitó someterse ante la justicia con premura. En reemplazo de la fiscal suprema, el fiscal coordinador del Área de Denuncias Constitucionales asumió su cargo. Ramiro Gonzáles Rodríguez ya se encuentra junto al presidente de la República en Palacio de Gobierno.
Lo acontecido ha generado múltiples sospechas en la población. Cabe precisar que esta no es la primera polémica protagonizada por Ávalos, fuera y dentro del caso de los ascensos. El martes 21 de diciembre la fiscal atendió a Pedro Castillo en el Ministerio Público, dentro de una reunión improvisada. El presidente acudió a pie a solicitar el adelanto de la fecha de citación para declarar ante la Fiscalía, cosa que se prestó a malinterpretaciones. La enérgica escena dio la impresión de un impulso de transparencia de parte de Castillo y una especie de trato privilegiado de parte de la Fiscalía. Ese tipo de citaciones deben ser mediadas por un representante legal.
La parlamentaria Patricia Chirinos interpuso una demanda contra la fiscal por evitar investigar a Pedro Castillo por el tema de los ascensos y los chats de WhatsApp que evidenciaban su participación en el caso. Por otro lado, en el año 2014, Ávalos fue duramente cuestionada por votar por el primo de la entonces primer dama, Nadine Heredia, Carlos Ramos Heredia, para ocupar el cargo de Procurador General del periodo de 2015-2018. En ese entonces, la fiscal evitó brindar mayor explicación respecto a su decisión. «Hay cosas que no se pueden decir», arguyó.
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Sobre la presente diligencia fiscal
En la toma de declaraciones también participan el abogado de Castillo, Eduardo Pachas, y el procurador general, Daniel Soria. Lo que se está llevando a cabo es una diligencia fiscal alrededor de un potencial delito en perjuicio del Estado, no una «reunión» como informa públicamente la Presidencia de la República. La fiscal de la Nación emprendió una investigación el 11 de noviembre contra el exministro de defensa Walter Ayala, el exsecretario presidencial Bruno Pacheco y demás presuntos implicados, de la que se encuentra participando como testigo el propio Jefe de Estado. Los delitos imputados son los de abuso de autoridad y patrocinio legal a raíz de la intromisión en el proceso de ascensos militares.
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¿Qué esperar de las declaraciones?
Las declaraciones del presidente ante la Fiscalía mantienen expectante a la población. Pedro Castillo tendrá que rendir explicaciones principalmente acerca de los chats con el ex comandante general del Ejército, José Vizcarra, en el que le solicita conversar sobre temas urgentes en el marco de la emisión de la lista de ascensos. En las capturas se revela el nombre de Víctor Hugo Torres Quispe al lado de la frase «para coronel». Es así que se da a entender que el presidente buscaba presionar a altos mandos para beneficiar a militares de su entorno cercano. El jefe de la Nación mantuvo silencio respecto al repentino pase al retiro del comandante Vizcarra y el comandante general de la FAP (Fuerza Aérea del Perú), Jorge Chaparro.
El propio abogado de Pedro Castillo, Eduardo Pachas, expresó públicamente que los chats eran reales para posteriormente declarar ante un medio local que su manifestación había sido malinterpretada. Pachas intentó desligar al presidente de la gravedad de lo ocurrido, aludiendo que la situación nunca se había dado antes y que las comunicaciones de Castillo con el personal militar no se tratarían de nada más que coordinaciones.