Victoria Nacional (VN) está cada vez más presente en la palestra política peruana, no solo porque su líder, George Forsyth, encabeza las encuestas presidenciales; sino también porque en su abanico de candidatos al Congreso se incluyen figuras como Joaquín Rey. El postulante al Parlamento tuvo el honor de ser el primer #Interceptado por Diario el Gobierno.
El economista de profesión, con una maestría en Harvard, al igual que muchos nuevos rostros, que hoy aspiran a obtener una curul, se desempeñó como periodista durante los últimos años en el diario Perú 21. Luego de presentarse con la sonrisa que le caracteriza, nos comenta que no ve el conflicto en ello siempre y cuando sea transparente, ya que considera el periodismo como una herramienta valiosa para participar en el debate público y hacer política, pero «desde otra trinchera». Del mismo modo, aclara que cuando tomó la decisión de postular ya no fungía como editor en el diario; pero sí continuaba con su columna, la cual fue utilizada para expresar sus intenciones de incursionar en la contienda electoral.
Cuando le preguntamos sobre sus motivaciones para dar el paso a la política, en primer lugar, nos desarrolló su amplia experiencia en gestión pública y gobierno a fin de evidenciar su persistente interés en la materia. En tal sentido, sabía que eventualmente daría ese gran salto: “las grandes decisiones que moldean nuestra vida cotidiana y economía familiar emanan de la acción política”. En segundo lugar, se vio empujado por la crisis que atraviesa el país durante el último quinquenio. En consecuencia, pese a ser un sacrificio, considera que como observador no se pueden obtener cambios.
“La clase política peruana ya tuvo muchas oportunidades y ha fallado”, sostiene el número 9, para quien el contexto actual demanda un recambio generacional que es representado, mejor que ningún otro, por Forsyth. Aquello fue lo que le convenció del partido Victoria Nacional. Destaca el valioso perfil de su líder y su experiencia en el nivel de gobierno más cercano a la gente: el local. Para Rey, La Victoria es un distrito que replica, en pequeña dimensión, los problemas del país. Por lo tanto, el exfutbolista sería la mejor opción para enfrentar a los extremos encarnados en Verónika Mendoza y el fujimorismo. En la misma línea, el candidato considera que las calificaciones académicas son importantes, pero no suficientes para liderar un proyecto político (puso de ejemplo los doctorados de Kuczynski y Alán García), ya que también se requieren otras cualidades como coraje, valentía, empatía, y garra.
Respecto a la gestión de Sagasti, en relación con las vacunas, el joven aspirante interpreta la situación como consecuencia de la incapacidad del Partido Morado para liderar y tomar decisiones que data de la presidencia de Martín Vizcarra. Considera que en contraste con el ámbito internacional, el actual gobierno no ha manejado de manera óptima la situación; sin embargo, celebra la llegada de las vacunas como un hito de esperanza que no debe distraernos de las deficiencias que hubo en el proceso.
Ante un eventual gobierno de VN, le cuestionamos sobre la posibilidad de que el sector privado se encargue de la administración de las vacunas. Joaquín manifestó su conformidad —en el hipotético caso de que los laboratorios vendiesen a privados—porque descargaría la función del sistema público.
“Pero deberá darse siempre y cuando el Estado garantice un acceso universal, gratuito y oportuno de la vacuna”, manifestó. La finalidad es evitar un escenario donde solo los ricos puedan vacunarse. De darse la oportunidad, propone un subsidio cruzado, el cual está basado en establecer un tributo que grabe las vacunas brindadas por operadores privados, cuya recaudación se destine a las recibidas por los más vulnerables.
“No hay que ideologizar el debate y cerrarnos a una posibilidad que puede ser buena para el Estado”, dice el economista.
El candidato aboga por una reforma policial integral en materia de seguridad, donde se involucren procesos que permitan la meritocracia y revaloricen el rol del policía. Él formó parte del colectivo crítico con el accionar de los agentes del orden durante las últimas protestas, pero considera un error construir una narrativa que desprestigie a la institución: “Pasar a retiro a 18 oficiales de ninguna manera constituye una reforma”, señala convencido.
La educación superior es un área de interés para el experiodista: “tenemos que defender el trabajo de la Sunedu y ampliar la oferta educativa pública”. Pese a que se han cerrado varias universidades, advierte que las licencias son renovables cada seis años “y la valla tiene que subir” en condiciones de calidad. «Entonces saldrán nuevamente los enemigos, algunos de ellos candidatos que tienen universidades”, indica. Apuesta por ampliar la capacidad de las grandes casas educativas como San Marcos, UNI o UNALM abriendo sedes regionales; y por fortalecer la educación técnica, cuya demanda es mayor.
Adentrándonos a su terreno de especialidad, la economía, Joaquín traza dos horizontes. En el corto plazo, generar empleo transitorio de emergencia y ver el panorama actual como una oportunidad “para empujar la demanda agregada en materia de inversión pública”. En el mediano plazo, elevar la productividad laboral del trabajador peruano fortaleciendo capacidades (insiste en la educación técnica) y facilitándoles el acceso a créditos. “No dándole títulos de propiedad como repite Hernando de Soto”, menciona, sino haciendo que el mercado financiero sea más competitivo. Señala que esa será la fuente principal de crecimiento a largo plazo.
Cerca a los últimos minutos de nuestra entrevista no podíamos evitar preguntarle al número 9 su opinión acerca de temas polémicos como el aborto y la eutanasia. “Nadie creo que esté a favor [del aborto], la pregunta debe ser sobre la despenalización”, del mismo modo menciona que la discusión debe tener en cuenta la realidad. Según el candidato, gran número de abortos clandestinos se ejecutan y acaban con la vida de muchas mujeres en el país. “También hay que trabajar para que los marcos regulatorios ya existentes se utilicen”. En cuanto a la eutanasia, señaló que siguió el caso de Ana Estrada muy de cerca. Percibe dicha decisión como el máximo ejercicio de libertad “y no debería el Estado interferir en ese proceso”. Respecto a ello, finaliza mostrándose completamente a favor.