El Poder Judicial ha sentenciado a Vladimiro Montesinos Torres a 17 años de prisión por el delito de secuestro en agravio del periodista Gustavo Gorriti. De igual manera, dictaron 12 años de pena privativa de libertad en contra de José Rolando Valdivia, general en retiro.
El ex asesor de Alberto Fujimori
A través del canal de televisión oficial del Poder Judicial, Justicia TV, la Corte Superior Nacional de Justicia Penal Especializada condenó a Vladimiro Montesinos Torres y otros por el delito de secuestro a Gustavo Gorriti. Este secuestro habría ocurrido durante el famoso autogolpe del 5 de abril de 1992.
De acuerdo a la jueza, esta pena tiene la calidad de «compurgada». Toda vez que el imputado ya está cumpliendo otra condena en el penal de Ancón II. Así indicó la magistrada Miluska Cano:
Los otros condenados fueron José Rolando Valdivia, Luis Ángel Salazar, Alfredo Arnais, Ricardo Villarán, Elesban Vello, Carlos Marquina y Luis Pérez. No obstante, los cargos atribuidos y las penas impuestas varían.
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Gustavo Gorriti: ¿Qué sucedió la noche del autogolpe?
Como se puede leer en «Crónica de mi secuestro», la historia de Gustavo Gorriti fue muy dura.
Después del autogolpe del 5 de abril de 1992, Gorriti fue «intervenido» por el Servicio de Inteligencia alrededor de las 4:00 am. Él no obtuvo explicación alguna de dicha intervención, por lo que de por sí ya devenía en arbitraria. De ello se percató rápidamente, pues cuando la presunta policía tocó la puerta de su caso, tan solo momentos después irrumpieron en su casa 12 personas armadas con una metralleta HK y pistolas.
Le indicaron que solamente querían su computadora y a él, mas no al resto de su familia. Se despidió de sus seres queridos y entró a la camioneta Cherokee que lo esperaba. En el trayecto se dio cuenta que lo estaban llevando al Cuartel General del Ejército ubicado en Monterrico. Una vez dentro, lo introdujeron hasta un ala con pequeñas habitaciones con otros carceleros.
No fue recién hasta días después en los que a las 12:30 de la madrugada escuchó que se acercaba un automóvil. Unos militares que estaban en dicho automóvil lo llevaron al local de Seguridad del Estado donde se encontró con otros 18 periodistas.
Lo que había ocurrido es que desde el momento de su secuestro, su esposa hizo lo imposible para ayudarlo. Se logró contactar con el entonces embajador de España, Nabor García, con quien hizo un arduo trabajo para contactarse con el entonces ministro de Defensa, Óscar Malca. De esta manera, logró que Malca reconociera la detención ilegal para posteriormente poder dejarlo en libertad.