El paro de transportistas convocado por los principales gremios de los vehículos del sector público está conmocionando a la capital. Van solo dos días de la medida popular y se pueden ver las dificultades de traslado y movilización de la ciudadanía para realizar sus actividades laborales, académicas y rutinarias. Por otro lado, las empresas de transporte buscan una solución en los fueros gubernamentales.
Ante ello, el ministro del Interior, Juan José Santiváñez miró de forma tibia la situación del transporte en Lima. Negando la paralización y enfatizando en la acción del Gobierno por prevenir las extorsiones a los gremios de transportistas. Estos vienen siendo afectados laboralmente por las amenazas y mensajes que envían los grupos criminales.
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Es una clara señal del desinterés de los principales funcionarios del Estado por brindar una solución. Por lo que, seguiremos en una situación crítica que afecta a toda la ciudadanía, tanto Lima como el Perú entero. El Gobierno debe manejar la situación con bastantes cautela y con acciones que den resultados claros y visibles, tanto los gremios de transporte como a las personas que usan este medio.
Las extorsiones y el sicariato no han sido ajenos a nuestra realidad. Sin embargo, han sufrido un aumento desmedido en los últimos meses debido a factores sociales y a la poca presencia e inacción policial y fiscal que dejan a los delincuentes libres de paja. No se puede tolerar más inseguridad y menos permitir que el miedo logré encerrar al pueblo sin opción de ir a trabajar o estudiar.