Bajo el grito de «¡CIERRE DEL PENAL MILITAR DE LA BASE NAVAL DEL CALLAO!», el Movadef (brazo político de Sendero Luminoso) pide desde hace varios años el retiro del terrorista Abimael Guzmán Reinoso del CEREC. En la madrugada del miércoles, Vladimiro Montesinos, asesor de Alberto Fujimori, fue el primero en ser trasladado al penal Ancón II, de manera temporal. Esto, con la justificación del escándalo conocido como las «vladillamadas». Ahora, según fuentes del INPE, se encuentra en Ancón I.
La medida decretada por el presidente Castillo se extendería a todos los reclusos de la Base Naval, incluido Abimael Guzmán y Victor Polay Campos, cabecilla del grupo terrorista MRTA. Hasta el momento, el destino de estos dos líderes terroristas, es incierto.
¿Qué sostiene el decreto?
El documento suscrito por el presidente y el ministro de Justicia detalla que el régimen «a extrema seguridad» se encuentra, exclusivamente, para jefes o cabecillas de las principales organizaciones criminales o delictivas que se encuentren procesados o sentenciados por los delitos «de terrorismo, traición a la patria, contra la administración pública, tráfico ilícito de drogas o delitos contra la humanidad».
¿Qué medidas se tomarán?
El decreto también precisa una serie de medidas para Vladimiro Montesinos y los demás reos que sean traslados eventualmente:
- Acceso a dos horas de patio al día.
- Que ocupen una celda unipersonal.
- Que los ambientes estarán «bajo vigilancia externa reforzada».
- Las visitas familiares se realizan dos veces por semana y que en cada fecha solo pueden acudir como máximo tres familiares.
- Comunicaciones: Se precisa que los reos pueden enviar cartas, pero su contenido será sometido a «control por los organismos correspondientes», a fin de evitar que se afecte la seguridad nacional.
¿Qué se busca con ello?
El DS N°015-2021-JUS también refiere que este nuevo régimen similar al de la Base Naval debe posibilitar «el traslado progresivo» de los internos recluidos en el CEREC y «otros de similar perfil criminógeno». Cabe recalcar que el INPE sería el único que administraría este sistema en su totalidad. El sistema también estaría pensado para Abimael Guzmán, cabecilla sanguinario de Sendero Luminoso, y otros miembros de su cúpula.
«Todos los presos en cárceles especiales deben pasar al INPE, todavía están los terroristas, por ejemplo, se está calificando y también tienen que pasar al INPE […] Todo está en evaluación y tiene que pasar a la dirección del INPE», sostuvo el ministro de Justicia en Exitosa.
Asimismo, en el Congreso precisó que «este no es un hecho nuevo que se haya emitido el Decreto Supremo 015-2021, sino que se vino tramitando desde antes y lo hemos concretado el día de ayer con la publicación en el Diario Oficial El Peruano». Fuentes cercanas del MINDEF señalan que desde la administración de Francisco Sagasti (2020-2021) se estaba evaluando el traslado de los reos del CEREC.
¿Los penales administrados por el INPE son lo suficientemente eficientes para el nivel de peligrosidad de los terroristas?
El ex jefe del INPE, Leonardo Campos, explicó que Ancón I es el único penal que tiene la infraestructura para albergar no solo a Montesinos, sino también a los terroristas. «No tenemos otro penal en el sistema, se podría realizar adaptaciones en otras cárceles, como ocurrió en Castro Castro en los noventa, cuando toda una sección fue aislada y se le dio mayor seguridad», precisó.
Sin embargo, cabe mencionar que en el CEREC de la Base Naval, Montesinos no tenía acceso a la celda de Guzmán, y este tampoco a la de Víctor Polay Campos. Repetir ese nivel de aislamiento entre estos internos será complicado en Ancón I, a pesar de ser de máxima seguridad. ¿La razón? No se puede cerrar un pabellón destinado a 100 reos para unos cuantos.
En el papel, el nuevo régimen es más estricto que el que actualmente existe en el CEREC, donde los internos tienen más tiempo de uso de los patios individuales. Frente a ello, esto puede provocar que algunos reos puedan presentar reclamos. Las celdas en Ancón I son entre 4 y 6 metros cuadrados y solo algunas tienen servicios higiénicos dentro.
¿Cómo podrían aprovechar los terroristas dicha oportunidad?
Finalmente, recordemos que en la década pasada, los penales en el Perú fueron una fuente muy fuerte de adoctrinamiento del pensamiento Gonzalo. Dicho esto, Guzmán, Polay y otros cabecillas terroristas deberían ir a cárceles de máxima seguridad que el INPE debe construir o adecuar; y ubicarlos de manera aislada. Poner a Abimael Guzmán o allegados en medio de todo un grupo de delincuentes que no son de su calibre; a la larga, a través de una labor de adoctrinamiento, podría captar a más gente para su movimiento. Tal como sucedió en los años ochenta y con mayor incidencia en los noventa.