A puertas de las Elecciones Generales del 11 de abril, llega al mercado un nuevo libro titulado El último dictador, escrito por el politólogo José Alejandro Godoy, el cual encarna dentro de varios capítulos la llegada al poder de Alberto Fujimori y sus diez años de gobierno intercalados con temas, en demasía, controversiales: las violaciones a los derechos humanos, las esterilizaciones forzadas, los vladivideos, la epidemia del cólera, entre los más destacados. Ello, junto con algunas notas biográficas del personaje principal y su familia, que ayudarán al lector a comprender no solamente al gobernante, sino también a su entorno político y social.
A raíz de la publicación del libro, Diario El Gobierno tuvo la oportunidad de conversar con Godoy, cuya obra ya se encuentra en preventa y llegará a las librerías a partir de este lunes 15 de marzo. Godoy, además del material que trata su libro, nos acercó un análisis político sobre la situación que actualmente afronta Keiko Fujimori, lideresa de Fuerza Popular e hija del protagonista de su escrito, por la acusación presentada este miércoles por el fiscal José Domingo Pérez contra ella y otras 41 personas naturales y jurídicas.
El último dictador es un libro que empezó a escribirse hace un par de años, pero que, dada las circunstancias de la crisis sanitaria, no llegó a publicarse el año pasado, como se esperaba.
El 2020 fue un año que de una u otra manera significó para la sociedad peruana y para el autor una fecha significativa, pues se conmemoraban los 30 años de la llegada de Fujimori al poder, así como también, los 20 años de su salida del sillón presidencial. No obstante, Godoy sostiene que «eso nos ha permitido redondear algunos argumentos con algunas cosas nuevas que han aparecido en este último año entorno de este personaje, Alberto Fujimori«.
La obra en cuestión se inscribe en un momento interesante de la campaña electoral, donde la fujimorista Keiko Fujimori mantiene un importante respaldo en la intención de voto. «Creo que precisamente este libro no le va a gustar a Keiko Fujimori y al mismo fujimorismo, creo que es un libro que puede incomodar a algunos candidatos al Congreso. No se si lo vaya a leer, pero probablemente no vaya a ser muy grato para ella«, señaló al respecto.
—¿De qué forma describiría su trabajo?
Es un relato. Lo que hay que decir es que este libro no es un análisis; hay obviamente un capítulo introductorio en el cual doy una visión sobre lo que yo creo que fue ese gobierno, pero, en realidad, la idea es que sea el lector quien saque sus propias conclusiones sobre el personaje. Lo que yo presento es básicamente una reconstrucción de los hechos, a partir de distintas fuentes bibliográficas, para reconstruir una cierta memoria que no se queda solamente en los aspectos grandes; sino también en algunos aspectos de la vida cotidiana, tales como el fútbol, algunas expresiones de cultura popular dada la presencia de algunos personajes como Gisela Valcárcel y su reunión con Montesinos. Este último es imprescindible para explicar los gobiernos de Alberto Fujimori. También, leeremos acerca de la relación de Laura Bozzo con el gobierno, así como las visitas de Raúl Romero al SIN en su momento.
— ¿Cuál fue el principal propósito para escribir este relato?
Primero, porque no había un libro completo de Fujimori que abarcara sus diez años de gobierno y que incluyera de alguna manera los elementos judiciales, los vladivideos, las biografias anteriores, los textos analiticos y periodisticos que de alguna u otra forma, ya ensamblados, lo que nos dan es una mirada en conjunto del personaje (Alberto Fujimori). En segundo lugar, creo que es importante explicar por qué Fujimori todavía mantiene un recuerdo grato en un sector de la población y cómo es que termina recogiendo ciertos éxitos que no necesariamente son suyos, pero que finalmente él aprovecha para su proyecto político que luego es continuado por su hija. Y, finalmente, partiendo de mi experiencia como docente universitario, observo que para muchos alumnos hablar de los años 90 es algo de tiempos súper remotos, entonces, digamos que, también fue en parte para tener un texto que ayude precisamente a que ellos se conecten con una historia que no vivieron.
— ¿Cuál es el atractivo de la obra? ¿Qué la diferencia de otras que se inscriben en el mismo tema?
Es un libro que abarca los diez años de gobierno del personaje (Alberto Fujimori), que es algo que no notas en otros textos del personaje. También, está lo suficientemente actualizado como para tener distintas fuentes que en algunos casos confirman y en otros casos desmienten algunas cosas que ocurrieron durante este gobierno. Asimismo, porque incorpora sin duda alguna los elementos tomados en los juicios contra Fujimori y en los vladivideos que no han sido incorporados en otros textos. Y además, creo que tiene una narración ágil, que te cuenta la historia por escenas y, a través de estas escenas, va develando qué es lo que va pasando con este personaje, con ese gobierno, por qué es que finalmente tiene el poder que tiene y por qué se produce una caída tan abrupta que hace que este señor termine huyendo del país y presente su renuncia por fax. Fujimori es el hito en muchas cosas, es, además, el primer presidente en ser vacado por incapacidad moral que es algo que también hemos tenido muy presente. Muy buena parte de lo que es el Perú hoy se configura en esa época.
— ¿Cabe la posibilidad de que exista otro gobierno similar a los del expresidente Alberto Fujimori?
Creo que hay algunos proyectos políticos que llevan algunos elementos que tuvo ese gobierno. El caso más claro es el de Rafael López Aliaga que tiene mucho más tinte fundamentalista que Fujimori, y a pesar de que este último haya tenido por ratos rasgos conservadores y por ratos algunos guiños a los movimientos de las mujeres, en general es un gobierno conservador, pero no tanto como sería el de López Aliaga. Urresti, por su parte, tiene denuncias por violación de derechos humanos, tal como el e presidente Fujimori. De la misma forma, hay algunos candidatos que tratan de reivindicar el papel de los años 90, como es el caso de Hernando de Soto, quien se presenta como una cierta figura del bien; pero, como también se menciona en el libro, Hernando es un personaje secundario que aparece en algunos pasajes del libro que precisamente es clave en algunas decisiones acertadas, y otras que no son tan acertadas dentro de este gobierno. Entonces, no solo encontramos a Keiko Fujimori que trata de recoger piezas de ese legado, sino que también existen otros candidatos que lo hacen.
— ¿Cómo sería un posible gobierno de Keiko Fujimori? ¿Considera que sería una copia fiel de los gobiernos de su padre?
Yo creo que sería un gobierno que tendería a repetir muchas cosas. Para empezar, el principal consejero político de ese gobierno sería Alberto Fujimori, no tengo ninguna duda. En segundo lugar, creo yo que esto de la «mano dura» que lo repite la señora a cada rato en cada una de sus intervenciones son precisamente unos claros mensajes de querer repetir lo que su papá hizo. No sé si al extremo de un autogolpe, pero sí en una visión no democrática de las cosas. Una distorsión de la democracia es sin duda uno de los peligros. Además de ello, otra cosa son precisamente esos guiños de la señora Keiko Fujimori a determinados grupos económicos que podemos entender más como mercantilismo y no como economía de mercado, algo que se vio en el gobierno de su papá y también podría ser algo que se podría repetir. Digamos que ahora que están reconciliados, ella reivindica el legado de los años 90 con más ganas y muchas líneas de continuidad se podrían dar con todos los procesos que se suponen.
— ¿A qué se debe la fuerte presencia del fujimorismo hasta la actualidad?
Desde la ciencia política y la opinión pública, se entiende porque, primero, hay todavía cierto recuerdo de los años 90, un recuerdo de que en esa década cae Abimael Guzmán, la cúpula de Sendero Luminoso, el MRTA, más allá de si Fujimori tuvo algún tipo de intervención, lo cual es algo que también se discute mucho en el libro. Aún hay una imagen de Alberto Fujimori como quien recupera y hace las reformas económicas, lo cual ha quedado mucho más impregnado en el sentido común popular. Súmale a eso programas sociales seleccionados sobre todo en los sectores menos favorecidos que apuntan a ello. Eso es una parte. Una segunda, es que hay una suerte de identidad fujimorista alrededor de lo que ellos llaman persecución y lo que otros denominamos acción de la justicia. Y tercero, evidente estamos hablando de momentos y elementos que tienen que ver con rasgos autoritarios presentes en la sociedad peruana. Nadie va a negar que hay una suerte de reivindicación de algunos sectores y eso es transversal a todas las clases sociales en el país que buscan de alguna u otra forma reivindicar la existencia de una suerte de «mano dura», orden y respeto a la autoridad, así como a determinados valores que el fujimorismo en muchos momentos ha encarnado.
Caso Keiko Fujimori
— ¿Qué va a suceder a partir de esta acusación?
Lo que se ha presentado es un documento en el cual se dice que Keiko presuntamente es responsable de determinadas conductas con una determinada evidencia. Lo que va a venir es que el Poder Judicial va a evaluar la evidencia para ver si se pasa a la siguiente etapa que se llama juicio oral en la que el señor fiscal va a presentar documentos y testigos. Hay que tener en cuenta que no es que esto llegue a una sentencia inmediatamente. Si hacemos una comparación con el caso de Ollanta Humala, las audiencias de control de la acusación toman buen tiempo, no es que mañana la señora Fujimori va a dar su juicio oral, sino que, probablemente, esto vaya a demorar todo lo que quede de este año.
En el primer escenario, la señora Fujimori pierde las elecciones que es hasta ahora lo más probable, por lo tanto, Keiko a finales de este año e inicios del siguiente, recién irá a juicio oral. Obviamente, si tenemos ese escenario «A», va a obtener posiblemente una bancada parlamentaria que sea una suerte de instrumento político para tratar de mejorar políticamente sus acusaciones. En el escenario «B», o sea el escenario hipotético en el que ella ganara las elecciones, pues la situación se volvería más complicada, porque ella en principio no podría ser juzgada por nada durante su mandato. Ahora, estamos hablando de una pena súper alta que son 30 años y 10 meses, entonces lo que vamos a ver ahora, posiblemente durante estos meses, es cuán consistente es esa acusación, qué elementos tiene para que el juez finalmente decida si el juicio pasa o no pasa.
— ¿Cree que finalmente existan indicios para que Keiko Fujimori llegue a ser sentenciada?
Yo creo que hay elementos suficientes para ir a juicio oral, porque sí existe un debate de fondo que dar sobre si la forma en que fueron entregados esos fondos de campaña irregularmente a Keiko Fujimori, sean los fondos de Odebrecht o otras contribuciones asociadas a empresas privadas, son o no delito. Creo que existen las suficientes evidencias para que pase a juicio oral, al no tener el expediente, no podría anticiparme si ello podría pasar a una pena o no, pero los elementos que conocemos previos a la acusación del día de ayer, indican que si hay suficientes indicios para que pase a la etapa de juicio oral.
— ¿Su acusación es un impedimento en la carrera electoral? ¿Qué consecuencias traería en el electorado?
No, mientras ella no haya sido sentenciada, no habría problema alguno en su oportunidad en el proceso electoral. Pero sí es cierto que puede introducir un elemento al elector muy fuerte, porque elegir a una persona que, además tiene buena parte de su entorno político que la acompañó en su campaña del 2016 que también están acusados, es algo que precisamente le puede afectar políticamente a ella. Uno de los ataques probablemente sean de parte de los rivales de Keiko Fujimori y eso lo van a adorar desde Verónika Mendoza hasta Rafael López Aliaga, se lo van a decir todos sus rivales en cuanto escenario haya. Creo que ya no solamente en términos judiciales, sino también en términos estrictamente políticos, es un golpe muy duro a ella.