Durante su participación en el debate electoral organizado por la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE), George Forsyth, candidato a la presidencia por el partido Victoria Nacional, propuso la construcción de reservorios y conexiones de agua potable a nivel nacional dentro del marco de políticas sociales durante un eventual gobierno suyo. En ese contexto, afirmó lo siguiente: “Siete millones de peruanos no tienen agua potable ni desagüe”. Luego de revisar información oficial sobre la cobertura de estos servicios, la red Ama Llulla concluye que esa afirmación es engañosa.
En principio, cabe precisar que los servicios de agua potable y alcantarillado (desagüe) son distintos, y que los niveles de acceso de la población varían entre sí.
El agua potable es la que se utiliza para fines domésticos e higiene personal, así como para beber y cocinar, según lo establece la Organización Mundial de la Salud (OMS). En el Perú, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) realiza mediciones periódicas de la cobertura de este servicio. Para calcularla, se utiliza como indicador la conexión a la red pública de agua.
Consultada para esta verificación, Lily Ku, Comisionada de la Adjuntía de Medio Ambiente, Servicios Públicos y Pueblos Indígenas de la Defensoría del Pueblo, detalló que la red pública está compuesta por tres fuentes: i) conexiones de agua que llegan hasta dentro de la vivienda, ii) conexiones que no llegan hasta la vivienda pero están dentro de la edificación, y iii) piletas públicas fuera de la edificación pero conectadas a la red (también conocidas como pilones públicos).
Por otro lado, según los informes periódicos del INEI, las personas que no tienen acceso a la red pública de agua son aquellas que se abastecen mediante camiones cisterna —cuya salubridad no siempre está garantizada—, pozos, ríos, acequias o manantiales.
Respecto a estas fuentes de suministro, Lily Ku indicó que “el agua de una fuente natural no garantiza que pueda consumirse directamente. Tiene que pasar por varios procesos [de calidad sanitaria] antes que llegue a la población”.
El informe técnico “Condiciones de vida en el Perú”, publicado por el INEI en diciembre del 2020, recoge las cifras más actualizadas sobre cobertura de agua en el ámbito nacional. El documento indica que un 90,3% de la población tuvo acceso al agua proveniente de la red pública durante el año móvil entre octubre del 2019 y septiembre del 2020. Tomando en cuenta que la población de Perú asciende a 32 millones, dicho porcentaje equivale a un estimado de 28 millones de personas.
El 9,7% restante, equivalente a 3 millones de personas, no tuvo acceso a la red pública de agua, según el informe.
Sin embargo, estos datos fueron presentados de forma preliminar.
MEDICIÓN. Entre octubre del 2019 y septiembre del 2020, 28 millones de personas tuvieron acceso al servicio de agua a través de la red pública en el ámbito nacional.
Para cotejarlos, Ama Llulla solicitó al Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento —encargado de ejecutar las políticas de urbanismo en todo el país— una cifra precisa y actualizada sobre el déficit en la cobertura de agua potable en el ámbito nacional. Mediante una comunicación oficial a través de su área de prensa, la institución precisó que “actualmente son 3,2 millones de personas a nivel nacional las que no cuentan con el servicio de agua potable en sus hogares”. Asimismo, indicó que la cifra corresponde a las personas que no tienen conexión a la red pública de agua.
En cuanto al desagüe, el INEI mide los niveles de acceso a este servicio mediante el indicador de ‘alcantarillado por la red pública’. Este consiste en tener conexiones de desagüe dentro de la vivienda o fuera de ella, pero dentro de la edificación donde está ubicada.
La especialista Lily Ku, de la Defensoría del Pueblo, agregó que tener acceso al servicio de alcantarillado implica tener un sistema digno para la eliminación de excretas, con infraestructura adecuada para el bombeo de las aguas servidas. Por el contrario, se considera que una persona no tiene acceso a esta red de alcantarillado cuando utiliza sistemas como el pozo ciego o negro, el pozo séptico, la letrina, el río, la acequia o el canal para eliminar excretas.
De acuerdo con el informe técnico del INEI publicado en diciembre del año pasado, entre octubre del 2019 y septiembre del 2020 un 82,3% tuvo acceso a la red pública de alcantarillado. El porcentaje equivale a un estimado de 26 millones de personas, lo que indica que alrededor de 7 millones de personas no tuvieron acceso a la red.
El Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento precisó que actualmente “son 7,4 millones quienes no cuentan con el servicio de desagüe”. Esta cantidad corresponde a quienes no tienen acceso a la red pública de alcantarillado, indicó la comunicación del ministerio enviada tras una consulta para esta verificación.
Ama Llulla se comunicó con el partido Victoria Nacional para solicitar precisiones sobre la afirmación del candidato George Forsyth. Una representante de prensa envió vía WhatsApp dos capturas de pantalla del boletín “Perú: formas de acceso al agua y saneamiento básico”, publicado por el INEI en diciembre del 2018.
Una de las capturas es de la portada del informe. La otra es de un texto bajo el subtítulo “Población con acceso a agua potable”. Allí se indica literalmente lo siguiente:
“Al año móvil noviembre 2017 – octubre 2018, el 90,2% de la población accedió a agua mediante red pública (dentro de la vivienda, fuera de la vivienda pero dentro del edificio, y pilón de uso público). Al formularse la pregunta sobre la potabilidad del agua, el 68,1% (21 millones 822 mil 497 personas), informó que el agua que consume es potable, mientras que el 22,1% informó consumir agua no potable, el cual representa 7 millones 75 mil 797 personas”.
Sin embargo, cabe precisar que esta información forma parte del capítulo 3 del boletín, titulado “Agua potable por red pública según declaración del informante”. A manera de introducción, se aclara lo siguiente: “Las respuestas son opiniones directas del informante ya que no se somete a ninguna prueba de calidad para determinar la potabilidad del agua”.
A continuación, en la página 20 del documento se agrega: “Son evaluaciones subjetivas, ya que los usuarios no utilizan criterios técnicos, ni instrumentos especializados para distinguir dichas características en el agua que reciben en sus viviendas”.
Al respecto, la Comisionada Lily Ku indicó que, si bien dicha información es importante, el método no es la manera “correcta ni exacta” para recoger información sobre la potabilidad del agua. “Si alguien te puede decir con exactitud si el agua es potable o no es la autoridad de salud. Es la que tiene que verificar el cumplimiento de los parámetros de calidad microbiológicos y sanitarios del agua”, agregó.
Ahora bien, dicho índice de percepción sobre la calidad del servicio solo incluye a quienes tienen acceso a la red pública, y no a quienes están fuera y son considerados población sin acceso al agua potable por el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento. Por otro lado, la referencia enviada por el equipo de Forsyth tampoco consigna detalles sobre la falta de acceso al desagüe, indicador al que se refirió el candidato en su declaración.
Se le solicitó al equipo de prensa de Victoria Nacional precisiones sobre este último dato, pero hasta el cierre de edición no se obtuvo respuesta.
En resumen, la cifra que dio George Forsyth se basó en un dato consignado en un informe de finales del 2018 que recoge la percepción sobre la potabilidad del agua de las personas con acceso a la red pública, pero que no es un indicador preciso sobre el déficit de cobertura de este servicio.
La cifra correcta de personas que no tienen acceso al agua potable, según el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento ―con base en datos del INEI― es de 3,2 millones.
Por otro lado, de acuerdo con el informe técnico del INEI publicado en diciembre del año pasado, alrededor de 7 millones de personas no tuvieron acceso a la red de alcantarillado.
En función a lo revisado, la red Ama Llulla concluye que la afirmación de George Forsyth se basa en un dato sacado de contexto y en una cifra parcialmente cierta, y por lo tanto es engañosa.